Peregrinos de Fornes, camino y promesas



Otro año más, el último sábado de septiembre, este año el día 28, muchos Forneños se preparan para realizar su particular peregrinaje a la Virgen de las Angustias. Este consiste en ir andando de Fornes a Granada, a la puerta de la iglesia, son casi 50 kilómetros atravesando distintos tipos de asfalto a pie.



 En el trayecto pasan muchas anécdotas entre los peregrinos. Entre ellos reina el compañerismo, la alegría, la diversión, la armonía. La otra cara de la moneda es cuando empiezan a hacer su aparición el dolor de los pasos, el decaimiento de los ánimos, el cansancio, el inexorable paso del tiempo que se suma al peso de tu mochila. Algunos peregrinos que les resulta imposible llegar a pie, pero luego se les recoge por el camino y se les lleva en coche para que puedan ver a su virgen. Al llegar a su destino, la puerta de la iglesia de la Virgen de las Angustias, se pueden ver algunos que ya les es imposible dar paso alguno, otros en pleno llanto de alegría por haberlo logrado, todos cansados pero contentos. Su fe y la devoción de sus corazones pueden más que el cansancio y dolor de sus pies.



 Cuando se abren las puertas, los peregrinos ya puedan ver a su virgen. Ya alcanzaron su meta, ya están frente a ella, ya se olvidaron los maslos momentos del camino. Es hora de plegarias y deseos.

 Todo termino. Ahora cada uno está frente a Ella con su petición, con su rezo, con su promesa. Todo tipo de promesas cruzaran la Basílica hasta llegar a Ella, la Virgen de Las Angustias.



 Ya de vuelta a casa, en silencio, se van formando las ideas para en el próximo año. Los que no consiguieron llegar soñaran con poder lograrlo, los que llegaron en repetir. Todos volverán para cumplir las promesas que se van haciendo durante el año, encontrar trabajo, salud para alguien importante de nuestras vidas que está atravesando por momentos delicados. Por más diversas y extrañas que nos puedan parecer las promesas, estas nos servirán para poder volver otro año más, para poder cumplir ese deseo, esa tradición de estar frente a Ella el próximo año.

 Donde hay un deseo hay un camino, y aunque este sea largo y cansado, el proceso no cambia la promesa.

 Feliz camino peregrinos de Fornes, pero mejor regreso.