Buenavista, la seca; el agua que no llega.
Los vecinos de Buenavista, anejo de Alhama, vienen soportando problemas en el abastecimiento de agua potable desde hace más de una década. Ahora que el agua sobra ya no aguantan más.
Mayo 2001.- Los cerca de 70 vecinos de Buenavista, anejo de Alhama, están que trinan. Y el motivo no es para menos ya que llevan soportando problemas con el suministro del agua potable desde hace más de una década. En estos días un camión cisterna les lleva un poco de agua que consideran insuficiente y de mal sabor. Algunos para ducharse tienen que ir a casa de familiares alhameños o al Balneario. Y para beber o se desplazan o compran botellas. En ocasiones tienen que ir al río para coger agua para los servicios, animales y plantas. Por todo ello, la visita del arriba firmante se convirtió en una espontánea protesta vecinal a la que se sumaron numerosos miembros de todas las familias.
Juan Moreno López, que durante años ha sido el alcalde pedáneo explica sin rodeos que “no nos han hecho ni puto caso y ha habido ocasiones en las que hemos estado hasta ocho días sin agua. Durante los primeros años de la legislatura de Antonio Molina, sobraba agua hasta para regar los jardines. Ahora nos echan el achaque de que hay piscinas y macetas. Además, es curioso que con una tubería de 63 tuviésemos más agua, hasta llegaba a derramarse el depósito, y hoy, con una de 90, nos falta”.
Agua en cubas “como las ovejas”
Esta pequeña población, recostada sobre una colina y situada a 15 kilómetros de Alhama, cuenta con un depósito de 50.000 litros de capacidad, pero el sábado pasado no contendría ni mil pues el agua apenas alcanzaba los 15 centímetros de altura. Por ello, se quejan de que si se corta el agua durante media hora o si alguien deja abierta la única fuente pública, construida junto a la carretera con seis caños de los que sólo queda en funcionamiento uno, enseguida los vecinos de la parte de alta se quedan sin agua. “Durante el invierno vamos tirando pero cuando llega el verano el agua se queda en Santa Cruz, concretamente entre este pueblo y el partidor de Valenzuela”, explica Juan Nieto, en tanto que Antonia Lisarte de forma explícita aclara que, “nos obligan a beber agua de cuba pero no somos ovejas porque encima tiene un sabor muy raro, como si fuera agua estancada”. Cuba que tienen que solicitar al ayuntamiento alhameño y que se acerca hasta el pueblo cada cuatro o cinco días, y si se acaba durante el fin de semana habrán de esperar hasta el lunes para dar el aviso.
El más veterano de los burrianqueros, apelativo con el que les llama en la zona a estos vecinos, es Arcadio Montiel. A sus espaldas lleva más de medio siglo viviendo en esta población y recuerda como al principio bebían agua del río que llegaba al pueblo con un motor. “Ahora – dice- hasta las dos únicas yeguas que quedan se niegan a beber el agua por su mal sabor. Y yo quisiera saber lo que pasa aquí”. Así lo reitera, Joaquín Pérez, quien no se explica cómo antes, cuando la población era mayor, había agua sobrante, incluso se podían regar los jardines y “ahora no hay suficiente ni para beber, ¿dónde se queda esa agua, que es nuestra?”
Abandonados
Por su parte, María José Moreno, reta a Sanidad para que venga y vea la calidad del agua “pues hay muchas infecciones y eso es culpa del agua”. Así mismo, la propietaria de una granja aclara que precisamente Sanidad le obliga a ella a lavar la ordeñadora con agua clorada y que “a veces, nos echamos la culpa unos a otros, pero el problema no está aquí”. Por ello se siente terriblemente abandonados y exigen que “detecten pronto la avería y la solucionen de una vez pues pagamos los mismos impuestos que todos”. Máxime cuando según les han dicho que en estos días sobra agua en Alhama y en Santa Cruz mientras aquí no les llega. También piden la limpieza del depósito, mantenimiento de alcantarillado, zona de recreo para los niños,...
Por su parte el alcalde de Alhama, el socialista Francisco Escobedo, ha declarado que el jueves pasado mantuvo una reunión con un grupo de vecinos a los que informó que “estamos investigando dónde está el problema. Para ello hemos empezado estudiando la red desde el mismo pueblo y estamos recogiendo datos hasta el partidor de Alhama. Esperamos detectar el problema y darle la solución oportuna”. Los vecinos consideran que éstas son las mismas promesas que les hicieron los alcaldes de las dos anteriores legislaturas y mientras no lo vean tampoco lo creerán.
Mientras tanto las plantas mustias de los jardines y los sentidos testimonios de los vecinos hacen pensar que, si no se hace urgentemente algo por este poblado de colonización, debería plantearse la posibilidad de buscar un nombre más apropiado ¿Tal vez, Puebloseco?.