En Alhama un 15% de sus edificios quedaron en estado de ruina, colapsando más del 70%, pues casi todas las casas próximas al tajo cayeron el río Marchán, cortando su curso.
Celia Correa Góngora
Presidenta del Centro Artístico
A las 21 horas y 8 minutos del día de Navidad de 1884 tuvo lugar el conocido como terremoto de Alhama o terremoto de Andalucía; la sacudida duró entre 15 y 20 segundos y vino acompañada de ruido en algunos lugares, mientras que en otros fue percibido como “de cañonazos” o de “grandes truenos”. Causó la destrucción de 106 pueblos de Granada y Málaga, quedando sin casa más de 15.000 personas y desalojadas por ruina, 25.000 más. Hubo 1.200 fallecidos y más de 1.500 heridos. En Alhama, concretamente, un 15% de sus edificios quedaron en estado de ruina, colapsando más del 70%, pues casi todas las casas próximas al tajo cayeron el río Marchán, cortando su curso. Alhama fue la población con mayor número de fallecidos, 675 que, junto con los desaparecidos y los cadáveres no recuperados, superaron las 800 víctimas; el notario Ruiz-Morón, testigo presencial de la tragedia aseguró que “el número exacto de víctimas no se conocería jamás”.
Los primeros socorros no llegaron a Alhama hasta el día 4 de enero, es decir, 10 días después de la tragedia, retraso que indignó sobremanera al notario Ruiz-Morón que llegó a calificar de miserable la conducta del gobernador civil y del capitán general que no dispusieron el envío de ayudas, hasta que no se lo ordenó el gobierno central. No obstante, el periódico El Defensor de Granada empezó a publicar noticias de la catástrofe, desde el día siguiente, aunque dada la precariedad de las comunicaciones y la ubicación de las zonas más afectadas, no fue hasta el día 27 que se conoció realmente la gravedad de lo ocurrido. Luis Seco de Lucena, director de El Defensor, hizo una llamada desesperada al gobierno central y a las autoridades de la ciudad, además de abrir con fecha 1 de enero, una suscripción para recaudar fondos, suscripción que tuvo una rápida respuesta por parte de los granadinos y que le permitió a Seco de Lucena recorrer la zona siniestrada, entre los días 3 y 9 de enero, llevando lo que para muchos era el primer auxilio que recibían.
Casa del borde del tajo
El rey Alfonso XII visitó Granada y Loja el día 10 de enero, continuando el día 11 hacia Alhama, donde pernoctó; el aspecto que presentaba Alhama era conmovedor, sus calles principales habían desaparecido bajo las montañas de escombros que llegaban a veces a la altura del primer piso y las paredes que por un milagro todavía se sostenían, constituían un grave peligro para el que se aventuraba a recorrerlas. A pesar de las bajísimas temperaturas, la ventisca, la lluvia, y la gran nevada, la visita real se realizó a caballo y en la comitiva figuraban los ministros de Guerra y Fomento. Después de la visita del rey, el gobernador de Granada solicitó a los alcaldes de todos los pueblos que confeccionaran listas de víctimas, supervivientes y de las necesidades más perentorias, nombrando a tal efecto Juntas Locales de Socorros, encargadas de repartir las ayudas.
Tras una primera reacción de incredulidad, la solidaridad nacional e internacional fue general. El gobierno abrió una Suscripción Nacional que alcanzó la suma de 6.524.492,5 pts.; en Granada, la suscripción abierta por El Defensor llevaba recogidas al 31 de marzo, 49.533 pesetas, la mayoría provenientes de particulares. Llegados a este punto conviene destacar el papel solidario que jugaron los intelectuales y artistas granadinos, volcados desde el primer momento en socorrer a los damnificados; así, en la relación de donativos que El Defensor publicaba diariamente, podemos leer los nombres de: Ángel Ganivet, Elías Pelayo, Agustín Caro Riaño, José González Castro, Juan de Dios Vico López, Francisco Rosende, Jacinto Rodríguez, Francisco Morales, José Mª González Pareja y muchos más imposible de reseñar.
Calle de la Cruz
Por su parte, la revista La Alhambra daba cuenta de la reunión mantenida el domingo 18 de enero, por un grupo de artistas e intelectuales, en los salones del Liceo, en la que Agustín Caro Riaño, en nombre de la redacción de La Alhambra, expuso el objeto de la convocatoria, concretado en tres puntos: 1) Creación de una sociedad de acuarelistas; 2) Instalación de una exposición permanente afecta a aquella; y 3) Colecta de donativos a favor de los damnificados por los terremotos. Las tres proposiciones fueron aprobadas, creándose una comisión al efecto, al tiempo que el pintor sueco Loren Dietrichson fue designado para dirigirse a los artistas extranjeros, en demanda de donaciones, para el socorro de las víctimas, nombrando a Jacinto Rodríguez, dueño del bazar La Florida, depositario de dichas donaciones.
Loren Dietrichson fue comisionado para visitar e informar sobre la situación de las zonas siniestradas. Voy a intentar extractar sus observaciones (referidas solamente a Alhama por razones de espacio), sobre los horrores que veía y de los que tomó nota para luego publicar en la revista La Alhambra: “El día 8, a las 9 de la noche, llego a la derruida ciudad (Alhama), cansado y muerto de frío y de hambre, con tan mala fortuna que nada hallé con que mitigar mi hambre, ni otro lecho que el suelo de una tienda de campaña. A la media noche cayó una horrible nevada.” De Alhama hizo Loren Dietrichson una serie de apuntes, entre los que destacan, una calle de Alhama; la casita del tajo desde donde cayó la niña salvada milagrosamente y a quien el rey entregó 4000 reales y un balcón en que por su terrible rotura se demuestra la fuerza del movimiento del inolvidable terremoto. El artista sueco regresó a Granada el día 11 de enero, después de no haber dormido durante siete días y profundamente afectado ante tanta pena y abandono, porque los auxilios habían llegado muy tarde. Según afirmó el alcalde del Padul, Loren Dietrichson fue el artista que llegó primero al Padul, Abuñuelas y Alhama.
Vista de la calle Enciso, desde el convento de San Diego
El martes 20 de enero, nuevamente se reunió la comisión, que encomendó a Aureliano Ruiz y a José Gago Palomo, estudiaran y redactaran las bases organizativas de una futura sociedad, que tres meses después, concretamente el 12 de abril de 1885, quedaría constituida con el nombre de Centro Artístico. Queda patente, que un asunto filantrópico, como fue el socorro de las víctimas de los terremotos de 1884, estuvo en el nacimiento y origen del Centro Artístico de Granada, institución que el próximo mes de abril de 2020 cumplirá 135 años de vida, durante los cuales se ha esforzado por sacar adelante iniciativas culturales y de desvelo por el arte y el bienestar de Granada.
Vídeo de la conferencia de Celia Correa Góngora, en enero de 2020