El 'Mercado de las culturas' ha sido un aliciente en estos días



 Durante estos días de puente del día de Andalucía e histórico de Alhama, entre los actos que se han programado por instituciones y empresas públicas y privadas está el Mercado medieval de la culturas, moros y cristianos que ha logrado atraer la atención de numeroso público visitante y curiosos que ha aprovechado las treguas que el mal tiempo nos ha dado para recrearse con las diversas atracciones y comprar algunos de los productos que se ofertaban en el Paseo del cisne.







  Entre las atracciones más comentadas y visitadas han sido la del espectáculo de cetrería, magnificas y nobles aves como el halcón sacre, el águila real, el búho de Siberia, o el halcón de las praderas. Especialmente llamativa era la presencia de Luna, una hembra de azor ibérico ciega, pero que gracias al esfuerzo de sus cuidadores ha logrado superar grandes barreras. La posibilidad de sostener en brazos o cabeza a alguna de estas rapaces hizo las delicias de niños y adultos.

 Magia y espectáculo han estado presentes de las manos, y la oratoria humorística del mago cubano de Camagüey, Raúl, que encandilaba a los espectadores con sus trucos de magia “negra”, según sus propias palabras y con sus comentarios divertidos y chispeantes, llenos de esa gracia especial caribeña de la isla de Cuba, en la que “estuve esperando la visa durante 5 años para venir a Europa para verte”, como dijo a un billete de 20 euros usado en uno de sus trucos.

 También había programados talleres de pinta-caras y espectáculos de cuenta-cuentos.

 Entre los productos expuestos a la venta, a fin de cuentas, se trata de un mercado, nos llamó la atención especialmente el rico colorido y llamativa decoración de los platos de cerámica y faroles expuestos casi al principio del Paseo del Cisne, oferta que se complementaba con el excelente olor del pan tradicional y las tartas de aspecto apetitoso que tentaban a los visitantes, al lado casi de la cerámica. Puedo dar fe de la excelente calidad de la torta de nueces que no me resistí a probar así como del pan.

 Dice una antigua bulera:

 “En este canasto traigo
remedio pa tos los males
hechos de yerbas del campo
 y plantas medicinales”;

en un canasto no cabía la completísima variedad de productos naturales que para casi todos los males hemos visto expuestos.

 Almendras garrapiñadas, juguetes artesanales, esa espada de madera que tantas veces hemos fabricado de niños, pero de más elaborada factura, por ejemplo, también han llenado de colorido los días un tanto grises y fríos, climatológicamente, que hemos tenido.

 Y más golosinas, que se podían acompañar de un te moruno, por ejemplo, juegos para los niños y la presencia de nuestro paisano Antonio Bastida que estuvo presente con sus excelentes trabajos de artesanía en cuero, esparto y otros materiales.

 Saquitos terapéuticos, bisutería, todo tipo de pequeños productos de artesanía...en definitiva, color, espectáculo, sabores y sonidos que recreaban un zoco de los que por estas tierras atraían a vendedores, compradores y curiosos en los días de mercado durante la época medieval.

Recorrido en diversos días y diversas horas
























































Reportaje gráfico: Prudencio Gordo.