Unas 240 vides serán recolectadas el mes que viene para elaborar un mosto que podrá degustarse a partir de diciembre en el restaurante del monumento nazarí junto a hortalizas ecológicas de temporada. Para ello, el Patronato de la Alhambra y el Generalife compró la mitad de las vides de la variedad más habitual en Jerez, que ya se utilizaban en la Edad Media como uva de mesa, y la otra mitad de la denominada Corazón de Cabrito, que se cultivaba en Alhama de Granada en el siglo XVII.
La Alhambra da un paso más en la recuperación de su patrimonio histórico y cultural y se lanza a la elaboración de los primeros vinos de la tierra. Las 200 vides que se plantaron en 2005 en la Huerta Colorá darán en septiembre su tercera cosecha de caldos y, si la recolección es buena, podrán degustarse cuatro meses después como una delicatessen en las mesas del restaurante que hay ubicado en el monumento histórico.
La iniciativa no es fruto de una ambiciosa aspiración por comercializar productos made in Alhambra, sino de un proyecto de investigación cuyo objetivo es dar valor al patrimonio cultural del recinto nazarí. Con ayuda del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Universidad de Córdoba, el Patronato de la Alhambra y del Generalife ha logrado recuperar las cuatro huertas (Fuente Peña, Grande, Colorá y Mercería) que abastecían de frutas y hortalizas a los palacios desde el siglo XIII.
"Gracias a estos estudios tenemos constancia de que hubo vides en la Alhambra en su época nazarí, pero nuestra intención no es sólo recomponer un paisaje, sino ofrecer al visitante una muestra didáctica de cómo se cultivaban estos productos en el pasado", explica la directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, María del Mar Villafranca, responsable del I Plan Director de la Alhambra (2007-2015) en el que se enmarca dicho proyecto.
En 2005 se plantaron las primeras vides de la Alhambra, en el mismo lugar donde se habían cultivado siglos atrás, concretamente en unos 200 metros cuadrados de la Huerta Colorá, según explica la responsable del Patronato.
"Hicimos una búsqueda exhaustiva por la provincia y, finalmente las trajimos de Alhama de Granada, el lugar más cercano al monumento que todavía disponía de cultivos antiguos", comenta a este diario el jefe de Servicios de Jardinería y Huertas de la Alhambra y el Generalife, Rafael de la Cruz.
Con la clara intención de mezclarlas para un vino joven, el Patronato de la Alhambra y el Generalife compró la mitad de las vides de la variedad más habitual en Jerez, que ya se utilizaban en la Edad Media como uva de mesa, y la otra mitad de la denominada Corazón de Cabrito, que se cultivaba en Alhama de Granada en el siglo XVII.
Tras dos cosechas consecutivas, De la Cruz describe el resultado de estos vinos como "un mosto suave, con sabor afrutado, sencillo y listo para degustarse sin necesidad de envejecerlo".
Tanto la recolección de la uva, que se realizará a finales de septiembre, como su embotellamiento, lo realizan diferentes empresas granadinas, pues el Patronato no tiene, de momento, intención de dar una denominación de origen a estos caldos.
Al igual que el resto de productos de las huertas que se cultivan en la Alhambra, la producción de vinos es muy minoritaria, apenas dan para 200 botellas al año. "Hasta ahora, los vinos resultantes se han estado destinando al consumo de los propios trabajadores del monumento histórico, pero en esta edición se ha decidido ofrecerlos a los comensales del restaurante de la Alhambra", aclara Villafranca, quien asegura que el proyecto abarca mucho más que la producción de vinos.
Los primeros caldos llegan, por tanto, siete años después de que el Patronato culminara los trámites jurídicos para disponer de las tierras cultivadas del recinto. Tras la época Andalusí, los cultivos estuvieron en manos de nazaríes convertidos al cristianismo y, concretamente hasta 1921, en la de los marqueses de Campotéjar, año en que fueron arrendados a agricultores privados.
La idea de recuperar los valores paisajísticos y patrimoniales del monumento histórico granadino empezó a hacerse realidad en 2004, cuando se fraguaba ya el primer Plan Director. Los estudios disponibles indicaban que los moradores de los palacios de la Alhambra se autoabastecían desde el siglo XIII con los productos que daban sus huertas y así se quería volver a recuperar para los visitantes.
"Ahora tenemos una amplia variedad de cultivos de la Vega granadina, muchos antiguos del medievo y de la época árabe y otros más recientes, importados de América, como es el caso del tomate y la patata", explica el responsable de las huertas de la Alhambra, Rafael de la Cruz.
Según la época del año, el visitante del monumento nazarí puede ver cultivadas calabazas, calabacines, berenjenas, sandías, melones, guisantes, pepinos, tomates, patatas, lechugas, escarolas, pimientos, nueces, uvas y olivas, entre otros.
Las hortalizas de temporada, dado su carácter minoritario y efímero, se venden en las tiendas de la Alhambra al tiempo que se recolectan. "No tienen sello de calidad, pero se cultivan en ecológico", dice De la Cruz.
El único producto que se destina a la comercialización es el aceite de oliva. Hasta 53 hectáreas tiene la Alhambra plantadas de olivos bajo el sello de La Dehesa del Generalife. Este aceite se vende en todos los puntos del gourmet de la provincia, en El Corte Inglés y en las tiendas de la Alhambra y el Generalife (también se puede comprar a través de la web del monumento).
"Tenemos que valorar cómo se pueden ahora divulgar estos productos para que los visitantes conozcan también su proceso de cultivo", insiste Villafranca. Para el responsable de las huertas, De la Cruz, lo más importante de este proyecto es que revaloriza el patrimonio y demuestra que "la Alhambra es un lugar vivo y no una imagen fósil del siglo XV".
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GH: La Alhambra recupera sus huertas y se lanza a la producción de vinos |
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