Julio Cervilla Sojo, el infortunado piquete fallecido a las puertas de Mercagranada en la huelga de transportistas, era sobrino de Manolo "El Vivito", el pedior de la Murga La Cueva.
13/06/2008.- Como suele suceder con demasiada frecuencia, de nuevo, la desgracia se ha cebado con los más desvalidos. En este caso la participación en una huelga ha hecho que varias familias queden rotas por el dolor. Y es que reinvindicar una serie de mejoras para los transportistas ha hecho que se convierta en días de luto para los allegados de Julio Cervilla Sojo, uno de los hijos de Luis y María, la mayor de las "Vivitas" que en su juventud tuvo emigró a Granada buscando un mejor porvenir. Allí contrajo matimonio y tuvo a sus hijos: Luis, Emilio, Gregorio, Julio y María que crecieron en el marginal barrio de "La Virgencica".
Los temores se cumplieron. Desde que escuché el nombre y apellido pensé en que podría ser aquel conocido de la infancia con el que compartí juegos y baños. Estos nietos de los "Vivitos" tenían por costumbre visitr Alhama cada verano y siempre recordaré a Julio como uno de los típicos "Vivitos", siempre optimista y de buen humor.
Así los contaba el diario IDEAL del jueves que le definía como "una de esas personas a las que todo el mundo conoce". Luego añadía que era muy popular en el Albaicín, y en Peligros, donde se casó y regentó un negocio, o en Albolote, localidad en la que residía desde hace tiempo. Durante años, fue vendedor ambulante de ropa. Se recorría la provincia de punta a punta con una furgoneta cargada de género. Después de contraer matrimonio con sus esposa, natural de Peligros y de la que actualmente estaba separado, montó un negocio de ropa.
Su ex mujer y sus hijas están profundamente afectadas
Al parecer, recientemente Julio, que trabajaba como transportista asalariado cuando falleció, había expresado su intención de reencontrarse con su vieja vocación de vendedor ambulante.
En la edición del viernes se informa que los familiares de Julio Cervilla Sojo, han pedido que se haga justicia y que vaya a la cárcel el detenido por el atropello mortal, al que consideran un "verdugo", y que ayer quedó en libertad.
Los familiares del camionero arrollado en Atarfe han pedido "tranquilidad" a los manifestantes del paro de transportistas porque, dicen, no desean que "haya otro entierro".
"Lo último que hubiera querido mi padre, un trabajador y un luchador por la clase obrera, es que se reprodujeran en su nombre situaciones violentas como la que acabó con el ingreso hospitalario por quemaduras de otro camionero", ha manifestado Ana, una de las hijas de Julio, quien insiste en que el nombre de su progenitor no sea usado para "reivindicar" acciones violentas.
Para reclamar que se haga justicia y al no entender que el presunto responsable del atropello esté "en la calle", han convocado para mañana una manifestación por el centro de la capital granadina, que partirá a las 10.00 horas desde la zona de La Caleta y concluirá a la altura del Palacio de Congresos.
"Esperamos contar con la presencia de todos los ciudadanos, sólo queremos justicia, para que esto no vuelva a ocurrir", comentan los familiares, que se sienten muy dolidos con quienes han querido acusar a los camioneros y los huelguistas de "terroristas" y violentos.
Han defendido además la actuación de Julio que, según explican, siempre se caracterizó por la defensa de los derechos de los trabajadores y por luchar con firmeza por sus creencias.
En este sentido, han negado que llevara unas tenazas cuando trataba de informar al conductor de la furgoneta que finalmente le arrolló y que los presentes apedrearan el vehículo antes del atropello, tal como ha declarado el chófer acusado de homicidio imprudente.
"No queremos que lo maten, queremos que haya justicia, que no ha sido un perro y estaba defendiendo el derecho de todos los trabajadores a la huelga", manifiesta emocionado el padre del fallecido, quien ve al responsable del atropello como un "verdugo".
Aunque, como ellos mismos apostillan, no pretenden "hacer leña del árbol caído", lamentan que las autoridades no les comunicaran ni les informaran de la muerte de Julio y que tampoco se le haya facilitado algún tipo de ayuda psicológica, según han asegurado.
"¿Qué precio tiene la vida de mi hermano?", se pregunta entre sollozos una de las hermanas del piquetero fallecido, ante quienes tratan de cuantificar las pérdidas que les está suponiendo el paro del transporte y critican que un colectivo "luche por el pan de sus hijos".
La familia, que pide respeto por parte de los medios de comunicación, se personará como acusación particular en el caso abierto en el Juzgado de Instrucción 6 de Granada , que investiga el atropello mortal.
Ayer, quedó en libertad provisional sin fianza con la obligación de comparecer en el Juzgado una vez al mes el conductor de la furgoneta, quien aseguró no haber sido consciente del atropello.