Premio a la asociación El Quejigo

El acto celebrado en el Hotel Restaurante El Ventorro estuvo presidido por el Gerente de la Fundación Andanatura, Clifford Wait, el alcalde de Alhama, Francisco Escobedo y la Jefa de Servicio del REMPA (Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía) que fue la encargada de entregar el premio al presidente de la asociación, José Montesinos, quien reconocía a ALHAMA COMUNICACIÓN e Ideal que "éste es un día muy importante para nosotros, pues sumado al Diploma a la Conservación que se son otorgó en los Premios Alhama 2006 por parte del Patronato de Estudios Alhameños suman dos importantes reconocimientos, en tan poca trayectoria andada y que no cabe duda estamos comprometidos a continuar".

La Asociación de Voluntariado Ambiental "El Quejigo" que inició su andadura a comienzos de 2006 ha organizado y participado en numerosas actividades en colaboración con el ayuntamiento y los centros escolares. Su denominación se debe al ejemplar centenario de esta especie localizado en el término municipal de Alhama. Sus principales objetivos son "fundamentalmente participar de manera voluntaria en todo tipo de actuaciones que vengan a conservar en buen estado nuestro entorno urbano y natural y favorecer el conocimiento de nuestro medio ambiente de lo bueno que nos ofrece y sobre los problemas que le afectan".

PALABRAS DE JOSÉ MONTESINOS, PRESIDENTE DE "EL QUEJIGO"

La Asociación El Quejigo, organiza y promueve actuaciones concretas de mejora de entornos naturales, limpiezas, plantaciones participativas; la puesta en marcha de talleres con actividades relacionadas con el medio ambiente, su conocimiento y conservación, y con nuestro modo de consumir y de deshacernos de lo consumido; también organizamos charlas informativas y campañas de información y participación ciudadana entre otras.

Todo esto, lo hacemos desde la perspectiva de la EDUCACIÓN AMBIENTAL. Como todos aquí sabemos, es fundamental para el desarrollo sostenible de las sociedades en que vivimos; que la población conozca su entorno, las singularidades de su tierra, lo que tiene en común con otros lugares y lo que nos hace diferentes. Intentamos en todas nuestras actividades crear una actitud crítica en quienes participan de ellas y que de ese modo actúen en consecuencia. No pretendemos a la hora de organizar y desarrollar nuestros proyectos que quienes participan en ellos aprendan y admitan, sino que comprendan y actúen.

La asociación El Quejigo la forman hombres y mujeres de todo tipo, de distintas edades, distintos en sus aficiones, en sus trabajos, etc., pero hay algo común en todos nosotros que es lo que nos llevo un día a crear esta agrupación de voluntarios y voluntarias: la consciencia de la existencia de un problema para nuestras sociedades como es el medioambiental y la certeza de que debíamos actuar, cada uno dentro de sus posibilidades, aportando parte de nuestro tiempo libre.

Los gobiernos, las administraciones públicas, organizaciones de diversa índole, etc., están haciendo cada vez más porque conozcamos las consecuencias de nuestro modo de vida para nuestro entorno, es decir para nosotros mismos. Para ello, se ponen en marcha entre otras actuaciones, mecanismos de prevención y campañas con más o menos éxito, pero que por lo general, creemos no terminan de conseguir plenamente los objetivos deseados y que en la mayoría de los casos, ciudades y pueblos seguimos actuando de un modo poco esperanzador en cuanto a la sostenibilidad de nuestros modos de vida. Porque la verdad es, que le preguntes a quien le preguntes hoy día, a todos nos suena de algo lo del cambio climático, y sabemos para lo que sirven unos contenedores de colores que hay en nuestras calles, pero la participación de la ciudadanía en intentar minimizar estos problemas, creemos es aún pequeña.

Por ello pensamos que todos los esfuerzos deben ir orientados a educar con objetividad y huir de todo aquello que aun sin pretenderlo venga a crear un estado del miedo con respecto a los efectos del cambio climático en nuestra vidas (la ya muy palpable escasez de agua potable, catástrofes naturales, etc), no veamos solo el verdadero peligro en las grandes catástrofes como la del Prestige u otras tantas, sino en el hecho de que muchos pequeños actos también hacen un gran daño. Tampoco es acertado cargarnos a todos por igual la culpa de los daños medioambientales de una sociedad que no es igual y donde unos pocos contaminan y derrochan muy por encima de lo que lo hace la mayoría. Creemos que hay que crear un estado de conciencia y activismo por parte de la ciudadanía, en el que todos nos sepamos parte de los problemas pero también nos sintamos parte de las soluciones.

No hay duda, que la prevención siempre es más valiosa y se eleva a la enésima potencia con la participación. Es esta toma de conciencia y solo ella, la que nos llevará por el buen camino, porque si no entendemos el como y los porqués desde pequeñitos, nunca sabremos actuar en consecuencia.