El martes 28 a las 12 horas en ayuntamiento dará una conferencia en el homenaje a Antonio García Trevijano.
Semblanza del conferenciante
Emilio José Treviño es un abogado afincado en Marbella e hijo de padres alhameños, su padre, José Triviño Espejo, y su madre, Purificación Triviño García. Su familia se trasladó a Málaga por motivos laborales y en la ciudad malacitana transcurrió su infancia, aunque no dejó de volver a Alhama frecuentemente de visita en su adolescencia y juventud.
En 1994 obtuvo por oposiciones la plaza como funcionario de carrera, ingresando en el Cuerpo de la Policía Local de Fuengirola. Posteriormente se licenció en derecho en la facultad de Derecho de la UMA. Poniendo el foco en el derecho procesal y civil, y posteriormente regentando su prestigiado despacho en Marbella.
Entró en contacto con el pensamiento político de García Trevijano, siendo desde ese momento estudioso, sincero admirador y seguidor, divulgando y defendiendo la filosofía política y la acción del maestro y líder. En esa línea está situado frente al sistema político que gobierna en España, la partidocracia, pero no al modo podemita para saltárselo e instaurar una dictadura, sino para alcanzar la libertad política colectiva. Por ello rechazó entrar en alguna lista electoral cuando se lo ofrecieron, considerando tal acción como un fraude, ya que su prioridad es la nación española, y por tanto no ayudaría al sistema si lo refrenda. Mira la grandeza de una nación por su libertad, porque no se considera materialista piensa que la riqueza no da la libertad, también que la sociedad debe de tener el conocimiento de que el político depende de ella, y que en el momento en el que el elegido no cumpla con su representación política, o promesa electoral, se le destituye por un suplente, pues tiene que cumplir con el mandato confiado por el pueblo.
El abogado de raíces alhameñas considera que ataca mejor la corrupción siendo letrado que siendo policía, y piensa que la corrupción es el principal problema de España, llegando esta hasta policía y hasta la Justicia. Por última tiene la convicción que, desde una revolución pacífica, cultural y valiente, podemos conquistar la libertad política colectiva.