Parque de las Ciencias - GRANADA, 25/7/2016 - El nuevo espacio ha contado con una inversión de 12,8 millones de euros y alberga en torno a 250 especies, entre animales y plantas.
La presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha valorado el “modelo de éxito, en el que merece la pena invertir y apostar” del Parque de las Ciencias de Granada en la inauguración del BioDomo, un gran acuaterrario de 18.000 metros cuadrados que recrea zonas del cinturón verde del planeta, en la franja tropical, donde se concentra la mayor biodiversidad de la Tierra. Se trata de la cuarta instalación de estas características en el mundo.
Antes de visitar el BioDomo, que constituye, tal y como ha señalado la presidenta, la quinta ampliación del Parque de las Ciencias en sus 21 años de historia, Díaz ha valorado que este equipamiento es un “orgullo para toda Andalucía”.
En concreto, Susana Díaz ha destacado el “respaldo social” del que goza el Parque de las Ciencias, con 600.000 visitantes al año; el impulso al turismo que supone y su rentabilidad, ya que, en plena crisis, ha recibido un 43% de sus fondos de inversores externos.
Ahora, ha dicho Díaz, el BioDomo viene a “completar esa apuesta de primer nivel”, ofreciendo no solo una “ventana a la biodiversidad” para los visitantes sino también la apertura de diferentes líneas de investigación en el ámbito educativo, de conservación de la naturaleza y la innovación y el I+D+i.
El BioDomo culmina un nuevo espacio del Parque de las Ciencias, y ha contado para su construcción con 12,8 millones de euros, financiados al 80% por la Unión Europea a través de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER) y un 20% por el Consorcio.
Su puesta en marcha tendrá un impacto positivo con la creación de 20 puestos de trabajo directos, más los indirectos asociados a su funcionamiento, y constituye además un nuevo recurso para la oferta de ocio cultural en Andalucía, que vendrá a reforzar la propuesta turística de la región contribuyendo a generar riqueza y desarrollo económico en su entorno.
El nuevo BioDomo traslada a los visitantes a las selvas tropicales de la Amazonia, Madagascar y del Indo-Pacífico para avanzar en la educación ambiental, en la conservación de especies y en la investigación científica. Dentro de él se hallan en torno a 250 especies, entre animales y plantas, que se distribuyen en tres recorridos.
El primer recorrido es subacuático, con diversos acuarios, de ecosistemas tanto marinos como de agua dulce, donde se encuentran tiburones cebra o de puntas negras, rayas reticuladas, morenas leopardo, medusas de lunares blancos, peces payaso, estrellas de espinas rojas o camarones boxeadores, entre otras especies tropicales.
En el recorrido terrestre el visitante podrá pasear por la recreación de un manglar, entre otros hábitats donde se encuentran especies de mamíferos como lémures de cola anillada, wallabys de cuello rojo, perezosos de dos dedos o el armadillo de seis bandas,, junto a nutrias de uñas cortas, caimanes de China o varanos acuáticos. También insectos como la cucaracha gigante de Madagascar y anfibios como la tortuga Mata-Mata o la rana cornuda son ejemplos de la enorme biodiversidad de la zona.
En el tercer recorrido, aéreo, se podrán observar especies de aves como el tucán de pecho blanco, el mielero patirrojo o el trompetero.
El proyecto del BioDomo gira en torno a tres ejes fundamentales: La educación, la conservación y la investigación. La oportunidad de conocer los hábitats de estas regiones, y algunos de sus animales y plantas permite concienciar también de su fragilidad. De esta forma, es un proyecto que espera familiarizar y comprometer al público con la situación ambiental real de nuestro planeta.
Además, el BioDomo impulsará proyectos de conservación en lugares amenazados y colaborará en las redes internacionales de protección de la naturaleza, investigando in situ y ex situ, y participando con otras organizaciones zoológicas o botánicas en programas europeos de reproducción de especies amenazadas. Alguno de estos programas ya se encuentran en marcha, como el Proyecto con Comunidades locales en Madagascar para la protección de manglares y el hábitat de los lemures, o el de cría y reintroducción de tortugas autóctonas en Nepal.
Otro de los pilares del BioDomo será el de constituir un laboratorio vivo, al servicio de la comunidad científica, donde desarrollar investigaciones en diversas áreas y ser más competitivos en I+D+i. La Universidad de Granada será un apoyo fundamental en esta área y se ha firmado ya un acuerdo de colaboración para que su personal investigador cuente con este recurso para realizar sus proyectos.
Como viene siendo habitual en este museo, el visitante podrá observar en directo, a través de “bioterios transparentes”, tareas que se suelen realizar a puerta cerrada, como preparar la comida de los animales, los cuidados específicos de algunos de ellos o controles de salud, etc.
El nuevo pabellón entra en una fase de adaptación natural de este tipo de instalaciones, donde es primordial la acomodación y el bienestar de los animales en su hábitat. Se estima que se tarda en torno a 2-3 años en alcanzar la fase de madurez, por lo que de momento las visitas tendrán un aforo reducido y con un horario controlado, con una disponibilidad siempre acorde a las necesidades de los animales.
El BioDomo conecta temáticamente con otras infraestructuras del Parque de las Ciencias como son el Mariposario Tropical, las Rapaces en Vuelo, el Centro Andaluz de Medio Ambiente, los Recorridos Botánicos, la Sala Biosfera o el Pabellón Darwin, y viene a apuntalar un proyecto educativo que recibe en torno a 600.000 visitantes cada año y es el museo más visitado de Andalucía. En el primer semestre se han alcanzado las 321.000 visitas, siendo el mejor arranque en sus 21 años, y se estima que con la apertura de este nuevo espacio, 2016 pueda ser el mejor año de visitas de su historia.
La entrada al BioDomo tendrá un suplemento de 4 euros respecto a la entrada general del museo, aunque también podrá adquirirse la entrada de forma independiente para esta instalación, para una visita siempre en torno a una hora de duración. De igual modo la visita está condicionada a la aceptación de una serie de normas por parte de los visitantes, como la prohibición de acceder con alimentos o el uso de cámaras con flash, a fin de no alterar el bienestar de los animales.