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Excelentísimas e ilustrísimas autoridades civiles y militares, alcaldesas y alcaldes, diputadas y diputados, distinguidos, señoras y señores, queridos amigos.
Acabamos de constituir solemnemente la Corporación provincial con la que damos comienzo a la novena legislatura. Por primera vez en nuestra reciente historia democrática, esta institución va a estar presidida y dirigida por una formación política y unos representantes que hasta hoy nunca lo habían hecho.
Creo que la primera conclusión importante que debo señalar es que el hecho de que la alternancia se haya ejercido en Granada en paz y en libertad supone un hito que viene a poner de manifiesto la madurez democrática que la sociedad granadina ha atesorado en los últimos 35 años.
Granada ni era ni es patrimonio de ningún partido político. Nuestra provincia es de Granada y sus gentes, y ellas son las que libre y democráticamente, el pasado 22 de mayo, nos otorgaron su confianza y la responsabilidad de dirigir el cambio político en esta provincia.
La alternancia política en Granada será un proceso tranquilo y abierto, sereno y mirando al futuro, sin dogmatismos ni sectarismos, pues somos acreedores de la voz y el voto del pueblo de Granada, a quien no podemos ni debemos defraudar.
A esta tribuna me han traído los proyectos, las iniciativas, el programa y el sentimiento de unas mujeres y unos hombres que no nos resignamos a seguir siendo ni un minuto más los primeros en lo malo y los últimos en lo bueno.
Hemos escuchado a Granada. Sabemos qué quiere. Se trata de dar forma, desde nuestra institución, al sentir general de una provincia que ha pedido con contundencia un cambio de rumbo.
Atravesamos uno de los peores momentos económicos y sociales de la provincia. La responsabilidad conlleva reconocer que nos encontramos en una situación muy difícil, muy compleja, pero a la vez nos permite albergar el firme convencimiento de que juntos seremos capaces de superar las circunstancias más adversas.
Nadie ha discutido que el camino vaya a ser fácil. Lo sé. Pero precisamente, ante la adversidad, es donde esta Institución tiene que crecerse, es donde esta Institución tiene que fajarse, y es donde esta Institución tiene que avanzar sin miedos y sin complejos.
Desde esta tribuna quiero trasladar a los ciudadanos de los 168 municipios de Granada que hay motivo para la esperanza y que pueden estar convencidos de que mi esfuerzo personal, y el de la Corporación que presido, irá encaminado, día tras día, a no defraudar esa confianza depositada en nosotros y de la que somos democráticamente depositarios.
Me presento ante lo ciudadanos con la firme voluntad de abordar, sin tibieza, los desafíos a los que se enfrenta Granada. De nada sirve alabar el desarrollo provincial cuando, por desgracia, siguen más vigentes que nunca carencias primarias en infraestructuras, estancamiento del tejido productivo y ausencia de servicios sociales básicos.
Mi determinación, y nuestro programa de gobierno, irán encaminados a trabajar con el máximo esfuerzo para que Granada deje de ser la provincia más pobre de España, para que abandone los primeros puestos en las listas del paro.
Y para lograr ese objetivo garantizo una atención institucional prioritaria y cercana. Un gobierno provincial que se ocupe y resuelva los problemas reales de los ciudadanos. Estamos preparados para iniciar de inmediato, una idea política de centro, reformista y no excluyente. Haremos cuantas reformas sean necesarias para abordar un futuro mejor, más ilusionante y con más oportunidades para el desarrollo social y económico de Granada.
He aprendido en los últimos años, a lo largo y ancho de mis viajes por toda la provincia, que hoy, más que nunca, los políticos, los hombres públicos, tenemos que hacer un esfuerzo muy especial para humanizar nuestra acción. Los ciudadanos nos reclaman soluciones a sus problemas desde el trato directo y desde la humanidad.
Quiero expresar en este momento mi especial cercanía y comprensión con los más de 130.000 mujeres y hombres que en esta provincia están sin trabajo; a las más de 50.000 personas que, según las estadísticas, en esta provincia, están por debajo del umbral de la pobreza.
También quiero hacerlo a los miles de profesionales y empresarios que han tenido que renunciar a su sueño y a las decenas de miles de familias que desesperadas por su situación miran al futuro como un horizonte incierto.
Desde nuestra responsabilidad provincial, no vamos a desaprovechar un solo día en la búsqueda de alternativas y recursos que permitan paliar esta difícil situación por la que atraviesan.
Como presidente estaré, desde el primer día y hasta que lo decidan los ciudadanos, con los más débiles, con los más desprotegidos, porque en política jamás se debe perder la clave esencial de nuestro deber y función como servidores de lo público. El mayor patrimonio de esta tierra son, precisamente, sus gentes.
Igualmente, espero que las administraciones autonómica y central nos acompañen, desde la lealtad, en esta tarea de necesaria y justa colaboración con cuantos recursos sean reclamados por el organismo supramunicipal.
Como presidente de esta Institución extiendo mi mano afectuosa y ofrezco, junto a mi equipo de gobierno, trabajo leal y riguroso, pero avanzo que seré muy exigente con cuantas reivindicaciones se planteen en beneficio de Granada.
Por eso hoy, no vengo a recordar, falsas promesas, agravios institucionales o desigualdades territoriales. Yo tengo esperanza política en el futuro.
Pero, además de nuestra firme voluntad, se hace necesario el concurso de todos y cada uno de los trabajadores de esta Institución, de los agentes sociales, de los empresarios y sindicatos, de nuestra Universidad, así como del resto de instituciones y organizaciones provinciales comprometidas con el desarrollo de Granada.
En este llamamiento a la colaboración incluyo a los medios de comunicación locales, instándoles a formar parte del impulso que perseguimos para la provincia de Granada a través de su labor informativa y la crítica constructiva.
También anuncio la normalización de las relaciones institucionales con el Ayuntamiento de Granada, que es mi pueblo, con el fin de recuperar la tradicional e histórica concurrencia de mutuos intereses en favor de la ciudadanía, tanto de la capital como de la provincia.
Hago un especial llamamiento a los 168 alcaldes y alcaldesas de la provincia, sean del signo político que sean, para que se involucren en esta apasionante tarea de lograr de una vez por todas que la provincia de Granada alcance el sueño de la prosperidad.
Los ayuntamientos son la institución más viva y más cercana de nuestro sistema democrático y toda colaboración con los primeros ediles será poca para conseguir las metas que todos deseamos.
Contaré con todos y cada uno de los habitantes de los municipios de Granada para hacer realidad ese impulso al desarrollo provincial. Y contaré de forma especial con los jóvenes, en cuyos horizontes profesionales depositamos nuestro futuro.
Entre todos lograremos una provincia mejor, atendiendo las necesidades de cada una de sus comarcas, sin exclusión o prevalencia de unas sobre otras.
Quiero una Alpujarra que vuelva a resplandecer como la comarca que deslumbró a Pedro Antonio de Alarcón. “Soltemos la pluma y cojamos los pinceles”, exclamó el escritor accitano. Que brille la Alpujarra por sus innumerables encantos que debemos y que vamos a revalorizar con planes específicos ligados al turismo, la cultura e infraestructuras.
Quiero una Comarca de Alhama donde las comunicaciones no sean obstáculo para agasajar al turismo con sus preciosos paisajes y la humanidad de sus gentes.
Una comarca donde el agua vuelva a brotar como fuente de dinamización de la economía junto a la extraordinaria agricultura que derrocha calidad. Trabajaremos, en definitiva, para que la Comarca de Alhama vuelva a ser “un pedazo de oro”, tal y como la definió hace más de setecientos años el poeta lojeño Ibn Al-Jatib.
Quiero que la Comarca de Baza se convierta en referente de los contrastes, pero de los contrastes que generen riqueza y desarrollo, no desigualdades y ausencia de oportunidades.
Un territorio único en Europa que conjuga la frondosidad de sus extensas áreas naturales con sus enigmáticos y encantadores desiertos repletos de atractivos para el visitante, sin por supuesto olvidar sus tradiciones culturales, que aportan otro valor añadido a la Comarca de Baza.
El propio Miguel de Cervantes quedó tan asombrado por la singularidad de la fiesta del Cascamorras, que incluyó una mención a este personaje en El Quijote tras contemplar por casualidad el desfile, durante su paso por la ciudad bastetana en 1594 como recaudador temporal de impuestos.
Quiero una Costa Tropical donde las comunicaciones no sean el lastre histórico de su desarrollo turístico y comercial. Garantizo desde este instante que la Diputación de Granada exigirá ante todas las administraciones competentes, como acertadamente lo están haciendo los alcaldes de la Comarca, soluciones urgentes e inmediatas que frenen la triste condena al olvido impuesta hasta el momento a sus habitantes y a quienes la visitan.
Poseemos las mejores cualidades para hacer del turismo un referente internacional, apostando por la calidad de los servicios y la potenciación de sus riquezas autóctonas, como su preciada agricultura, que sitúa a esta Comarca como el trópico de Europa.
Quiero una Comarca de Guadix donde los rayos de sol que acarician las arcillas y alamedas, la piedra de la catedral o las paredes encaladas de las cuevas, sean capaces de sacar de la oscuridad el inmenso atractivo artístico, patrimonial y monumental que atesora la comarca y su capital desde hace siglos.
Sus encantos, que me propongo revitalizar, han sido capaces de concitar el interés y la pasión de grandes viajeros, desde el El Idrisi y León el Africano en la época islámica hasta los más recientes, pasando por Jerónimo Münzer. Con tanto potencial, nadie puede entender que la Comarca de Guadix ocupe los puestos más bajos en los índices de renta per cápita de España.
Ha llegado el momento de impulsar desde la Diputación las actividades emergentes, como la producción de energía solar, la mejora de las comunicaciones o el aprovechamiento de la cara Norte de Sierra Nevada.
Quiero una Comarca de Huéscar donde su historia y la cultura ocupen el lugar que les corresponde. Una comarca que me propongo potenciar para frenar la huída de los jóvenes en busca de un futuro mejor, para que encuentren en ella las oportunidades de desarrollo que les permitan recuperar y fomentar las extraordinarias cualidades de su ganadería, el prestigio del cordero segureño y la industria agroalimentaria. Para ello será prioritario propiciar el impulso del tejido empresarial en la zona.
Quiero que la Comarca de Loja se convierta en el pulmón empresarial de Andalucía Oriental y que recupere su potencial liderazgo económico que en los últimos años ha visto decaer su peso estratégico. Para ello será necesario diseñar un plan estratégico de infraestructuras para aprovechar los importantes recursos históricos, culturales y turísticos de los que goza esta comarca.
Quiero una comarca de Los Montes dinámica, capaz de aprovechar sus recursos naturales en beneficio de la diversificación económica. Una tierra arropada por sus sierras que propicia la producción del oro líquido tan preciado en nuestra gastronomía, con denominación de origen.
Pero también apostaremos por el fomento del turismo, la recuperación de los enclaves históricos de la zona y la mejora de sus núcleos de población.
Quiero que el Valle de Lecrín, ese vergel de la provincia, transición entre la Costa y la Vega, refuerce su identidad geográfica tan reconocida por los miles de ciudadanos, muchos de ellos llegados de otros lugares, que han elegido esta tierra para fijar su residencia gracias a la tranquilidad y la belleza de sus paisajes, y sobre todo a su hospitalidad.
Quiero una Vega de Granada respetada y revitalizada para que cada uno de los municipios que la disfrutan pueda respirar de ese pulmón verde que a todos nos protege. “Verde que te quiero verde”.
Una Vega fértil que simbolice la recuperación de los valores culturales y naturales de los municipios que la componen y que a su vez sea el nexo de unión y esparcimiento para el medio millón de habitantes vinculados al área metropolitana.
Fomentaremos los servicios comunes metropolitanos, para que aumente la calidad en la prestación de servicios y que su coste sea más reducido para el ciudadano.
Escribió Víctor Hugo que “Granada es el tesoro más preciado de España, una despensa de sabores, de olores y de pasión”. Tierra de contrastes enriquecida por las peculiaridades y la diversidad de sus comarcas, por la cercanía de sus habitantes, por la voluntad de luchar por una Granada mejor.
Como presidente, voy a trabajar para que el futuro de nuestros hijos sea, sencillamente, mejor que el de sus padres.
Señoras y señores diputados, priorizando la creación de oportunidades para el empleo y el desarrollo económico, nuestra gestión política de la Diputación tendrá como pilares fundamentales:
La resolución de los problemas reales de los ciudadanos, muchos de ellos ya conocidos gracias a las decenas de miles de kilómetros que he recorrido, junto a mi equipo, en los últimos años para visitar todos los municipios de Granada.
La regeneración de la vida pública provincial.
La administración de los fondos públicos con total transparencia y austeridad.
La concertación municipal, que garantizará el equilibrio provincial y la adecuada prestación de los servicios en los ayuntamientos.
La revalorización y el aprovechamiento de los múltiples recursos que ofrece cada una de nuestras comarcas para convertirlos en auténticos atractivos que generen riqueza.
Llevaremos el deporte hasta el último rincón de la provincia. Estableceremos convenios con los ayuntamientos para que nuestros jóvenes y nuestros mayores puedan ejercitar actividades saludables.
El deporte simboliza los valores que este equipo de gobierno quiere para la provincia: el esfuerzo, la motivación, el tesón y la capacidad de superación, en definitiva, lo que en este momento necesita más que nunca la provincia de Granada.
Y hablando de deporte, no puedo ignorar uno de los acontecimientos deportivos que ha marcado felizmente nuestra historia reciente.
El ascenso del Granada Club de Fútbol ha motivado especialmente a todos los aficionados de la provincia, devolviendo la ilusión deportiva a Granada. Y quiero, desde esta tribuna, adquirir un compromiso personal y político para colaborar activamente con el Granada Club de Fútbol y que se pueda consolidar en la categoría de oro del fútbol español, como, a mi juicio, ha hecho el Ayuntamiento de Granada en los últimos años acertadamente.
También será otro de mis principales ejes de actuación como presidente el apoyo a la iniciativa privada como solución productiva frente a la escasez de recursos públicos, fomentando la innovación y la competitividad de nuestras pequeñas y medianas empresas, autónomos y emprendedores.
Impondré la eficiencia en la aplicación de las políticas de desarrollo provincial. Haremos más cosas con menos recursos gracias a la inmediata aplicación de una mejora en la estructura de la Corporación para reducir costes innecesarios y agilizar la administración.
Para ello he constituido el Área de Función Pública. Una delegación que viene a enriquecer y a dignificar a los funcionarios de esta Casa y a poner en marcha políticas que optimicen y rentabilicen su trabajo diario. Sin ellos, este camino no es posible.
A lo largo de las próximas semanas aplicaré una importante reducción de los cargos de confianza. Permítanme que no desgrane hoy esos recortes pero les anuncio que, en aras de la austeridad que abandera este presidente, de inmediato Granada tendrá pruebas inequívocas de que mi compromiso en esta materia, como en todas, es firme, porque así me lo han reclamado los ciudadanos y porque es un compromiso personal.
Soy realista y cumplo mi palabra. Por ello quiero anunciarles que avanzaremos en otras medidas como la racionalización del gasto corriente con iniciativas que contemplen el ahorro energético, la gestión del patrimonio inmobiliario y de los alquileres para reducir costes, así como el establecimiento de un marco referencial para los salarios de los cargos de libre designación.
Trabajaremos para incrementar la eficiencia administrativa tras estudiar un modelo de gestión encaminado a reducir los plazos de los procedimientos y que esté basado en acuerdos de convalidación administrativa con los ayuntamientos.
El turismo es uno de los motores de creación de empleo gracias al importantísimo patrimonio cultural, etnográfico y natural del que dispone Granada y que me comprometo a revitalizar y promocionar de forma inmediata con nuevos e innovadores proyectos. Realizaremos convenios con zonas económicamente emergentes.
Especial mención merece la Alhambra y Sierra Nevada, dos de los referentes más importantes del turismo a nivel mundial. Estamos decididos a que la provincia recupere protagonismo en la gestión del monumento y la estación de esquí. Considero que es la mejor forma de dar respuesta a los importantes retos de futuro a los que se enfrentan y la mejor manera lograr un aprovechamiento armonioso en beneficio de la provincia.
Granada emociona hasta deshacer y fundir todos los sentidos gracias a su imponente patrimonio. No se equivocaba Federico García Lorca cuando dijo “Granada es apta para el sueño y el ensueño, por todas partes limita con lo inefable”.
Aprovecharemos cada joya popular y el legado de la Historia para situar a la provincia en la esfera mundial de las regiones con mayor atractivo cultural.
Una institución de la que depende la Casa Museo de Federico García Lorca, en Fuente Vaqueros, o el Museo José Guerrero tiene que estar en vanguardia de todas las referencias y manifestaciones culturales a nivel nacional e internacional, llevándolas a cada rincón de la provincia. La cultura es de todos y para todos. La cultura no es patrimonio de ninguna idelología. Será una seña de identidad de la Diputación de Granada.
Si hay un área en la que seré especialmente sensible, es la de Servicios Sociales. No es casualidad que mi primera visita institucional la realice el lunes a Ugíjar para encontrarme con aquella anciana mujer cuyos problemas de movilidad le impiden vivir desde hace años con la dignidad que merece cualquier ser humano.
Cuando visité aquella barriada marginal, me dijo que ella no creía en los políticos.
Le pedí una oportunidad, y los ciudadanos me la han dado. Les aseguro que este no es el gobierno de los políticos. Este es el gobierno de las personas y para las personas.
Y espero, que cuando vuelva a la casa de María, que ese gesto simbolice el inicio de la credibilidad en una sociedad que, en este momento, en muchos casos creo que con razón, ha dado la espalda a los políticos.
Mi compromiso con los más desprotegidos, con los más necesitados, es total. Y en esa lucha quiero incluir también la batalla de este equipo de gobierno contra la violencia de género y los accidentes laborales, dos de las mayores lacras que en este momento azotan Granada, y a los que las instituciones públicas estamos en la obligación de dar respuesta.
Señoras y señores diputados, quiero recordarles que este ha sido un gobierno elegido para que resplandezca la ética de la responsabilidad, la cultura del trabajo y el deber de la ejemplaridad. Se trata, ni más ni menos, de trasladar el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía a la función pública.
Deseo mostrar mi agradecimiento a todos los diputados salientes por su trabajo, con un recuerdo especialmente sincero con todos y cada uno de los presidentes que desde 1979 han entregado un tiempo muy importante de su vida a intentar hacer de Granada una provincia más próspera y más justa.
Reconocimiento que hago extensivo a los miembros de los partidos que completan el arco político granadino. Les ofrezco colaboración y participación en los proyectos decisivos para el futuro de Granada que deberemos afrontar, en el marco del respeto y la leal colaboración.
Igualmente, mi felicitación especial a todos y cada uno de los diputados que hoy han tomado posesión, porque han sido depositarios de la voluntad popular para trabajar en beneficio de esta provincia, sin perder la noción fundamental de que nuestra dedicación debe quedar comprometida en beneficio del interés general, nunca del particular.
Nos une una voluntad de servicio público a los ciudadanos y la consecución del bien común para nuestra provincia, principios mucho más importantes que todo aquello que nos separa.
Los diputados del equipo de gobierno que me acompañan en esta apasionante tarea de dirigir la Diputación representarán y defenderán con rigor, esfuerzo y compromiso a todos y cada uno de los municipios, velando por los intereses, las preocupaciones y las necesidades de nuestra tierra.
Para ello saben que cuentan con mi apoyo. El equipo de gobierno tiene, independientemente de sus ganas e ilusión, propuestas serias y eficaces, para realizar una buena gestión durante el mandato que tenemos por delante.
Debemos huir del conflicto institucional y dejar paso a una estrecha colaboración entre administraciones. Se equivocan quienes anuncian que habrá hostilidad institucional.
Desde este instante, ante este salón de plenos, emplazo a quienes alberguen alguna duda sobre mi compromiso con la provincia a que dejen a un lado las declaraciones políticas y se centren en colaborar con la Diputación Provincial y su presidente en el desarrollo de Granada. Unidos lograremos que esta provincia sea la de las oportunidades.
Transformaremos la sociedad granadina trasladando los despachos de este presidente y su equipo de gobierno a los 168 municipios de Granada. Seremos un gobierno cercano y accesible. Y lo haremos todo a pulmón, porque no olvido que ésa ha sido la clave de nuestro éxito, estar al lado de la gente para poder escuchar sus inquietudes. Ahora nos ocupa corresponderles en la medida de nuestras posibilidades, con humildad y esfuerzo.
La presidencia de la Diputación de Granada es para mí una gran responsabilidad, y el mayor orgullo que los ciudadanos me han encomendado. Y hablo desde el profundo sentimiento de una persona convencida en la importancia del sacrificio personal en beneficio del interés general.
Asumo, desde la humildad absoluta, ese sentimiento especial de vocación política que tiene como pilar fundamental la fe en el ser humano y la incansable voluntad de esfuerzo, trabajo y dedicación a los demás.
Ha llegado la hora de centrarnos en el millón de habitantes que reclaman a este presidente y a la Diputación de Granada el liderazgo para encaminar a esta provincia en la senda del desarrollo y la prosperidad, de la igualdad de oportunidades y el fomento del empleo, de la prestación de un servicio público adaptado a las necesidades de los ciudadanos. En definitiva, ha llegado la hora de cumplir los sueños de los granadinos.
Y termino:
Hasta aquí, el político. Pero quisiera finalizar mi intervención, permítamelo, con unas reflexiones personales…
A lo largo y ancho de las últimas semanas, he guardado un pequeño secreto en la más estricta intimidad, celoso, quizás de no ser lo suficientemente comprendido o, por que no decirlo, no mostrar, por cierto pudor, el lado más humano y emotivo, de quien hoy ha sido investido presidente de la Diputación…
Pero hace muchos años que aprendí, que hay cosas en la vida que se deben compartir, porque como he dicho durante toda mi trayectoria política, lo que no se dice, no se sabe…
En una ocasión, cometí el error de no hacerlo, y cuando quise rectificar, desgraciadamente, ya era demasiado tarde…
La noche del 22 de mayo, para decenas de miles de mujeres y hombres de esta bendita tierra, fue la noche de los sueños, de las ilusiones de las esperanzas, de la felicidad…
Desde ese mágico momento, no ha habido ni un solo día que alguien no me pregunte qué pasó por mi mente en el mismo instante que se confirmaba el triunfo electoral.
A mi corazón llegaron los recuerdos de una hermosa historia…
Un joven granadino salía de su casa para iniciar un tortuoso camino en la vida pública, en sus modestas alforjas se cargaban la ilusión y el ímpetu, la fuerza y el deseo de servir a los demás, de ayudar a mejorar nuestra sociedad… fluía a borbotones su amor y pasión por Granada…
A su lado, un hombre alto y corpulento, le echó el brazo por el hombro, y con un amor paternal y conocedor de las ingratitudes de la vida, le fue desgranando los consejos a quien adoraba con toda su alma.
Honestidad, honradez, respeto, trabajo, esfuerzo, sacrificio, tesón, vocación de servicio, compromiso, y naturalmente, que culminara sus responsabilidades académicas, como así fue…
En definitiva, todos valores del ser humano, sin distinciones ideológicas. Y sobre todo, desde el profundo respeto a los demás…
A aquel joven le marcó profundamente aquel paseo, que culminó en la plaza del Carmen. Y siempre tuvo muy presente todas esas enseñanzas…
Hoy agradezco con toda mi alma a mi familia que me haya permitido llegar hasta aquí, que me haya ayudado, y que lo siga haciendo, ellos son, con Granada, mi razón de ser y de vivir.
A mi madre, a mi mujer y a mis hijos, a mis hermanos, a mi familia política… y a todos vosotros, que me colmáis de afectos y cariños…
A mi formación política, el Partido Popular que me ha traído en volandas para hacer que llegue la alternancia a mi tierra. Son decenas de miles, a quienes nunca podré expresar mi gratitud, aunque permítanme que personalice en Javier Arenas, amigo y jefe, jefe y amigo, a quien le deseo que como yo tenga también su noche de los sueños. Te lo mereces, en lo personal y en lo político.
Pero no hay rosa sin espina y hoy la mía, paradojas de la vida, viene por partida doble. Tengo en este salón de plenos, dos notables ausencias…
A ellos, una especial mención.
Uno, está más vivo que nunca, en lo más profundo de mi corazón y mis recuerdos…
Y el otro, porque yo hubiese deseado hoy, rememorar aquel viejo paseo… pero espero que algún día sepa comprender el destino de las cosas… tiene que aprender, que, además de formarse, no es malo, que en su adolescencia, ya conozca que, algunas veces, Dios escribe recto con renglones torcidos…
Yo, presidente de la Diputación, desde la modestia y la humildad, solo aspiro a que algún día alguien recuerde mi gestión, como definieron a la de un miembro de esta Corporación… “porque siendo un realista, sin ilusiones sobre la gratitud del común de los mortales, conserva su fe en el hombre y es capaz de trabajar con ilusión y desinterés, sin pensar en la recompensa…”
Señoras y señores diputados, es la hora de Granada. No podemos desperdiciar las oportunidades que desde hoy Granada, nos otorga…
El futuro pertenece a aquellos que creen en la grandeza de sus sueños…
Y mis sueños son grandes, gigantes, como el portentoso Veleta en Sierra Nevada…
Mis sueños son altos y esbeltos como los cipreses del Albaycin…
Mis sueños son mágicos y con raíces, como la mítica Alpujarra…
Mis sueños son serenos y vivos, como los ríos de Alhama y el Temple…
Mis sueños son creíbles y posibles, como la comarca de Baza y Huéscar…
Mis sueños huelen a salitre y a tierra mojada y son abiertos y libres, como la Costa Tropical…
Mis sueños suenan a madera de olivos viejos, centenarios, en los Montes Orientales…
Mis sueños son fértiles y generosos, como la Vega de Granada…
Mis sueños son como el agua y la vida del valle de Lecrín…
Mis sueños son en definitiva los mismos que cualquier mujer u hombre de esta tierra… de nuestra Granada eterna…
Se que conseguirlo está en nuestras manos y que juntos podemos. Granada es una provincia de primera.
Hoy iniciamos una nueva etapa, con una Granada de todos y para todos.
Hemos sido la última provincia de España en constituir la Diputación provincial, pero ya saben, todo es posible en Granada…
De todas formas no se preocupen, creo con más fuerza que nunca y con más convicción que nunca, que hasta aquí hemos llegado…
Pero desde hoy y para siempre, proclamamos a los cuatro vientos, en Granada, en Andalucía y en España, que los últimos, serán los primeros……
Ahora GRANADA. Muchas gracias…
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