Es uno de los negocios con más solera de Alhama, y seguramente muchos vecinos y clientes lo echarán en falta, al menos a los que hasta estos días han sido sus conductores y propietarios.
La familia Palacios Molina se retira definitivamente del asunto del pan, la bollería y demás dulces típicos, que han formado parte de sus vidas desde hace más de 30 años. Antonio se jubilará con el año nuevo 2011, y puesto que ningún hijo ha querido seguir con el negocio, han decidido echar el cierre e intentar alquilar el local en el que ha entrado mucha harina y han salido muchísimos derivados de ella, siendo testigos, clientes y amigos varias generaciones de alhameños.
Y es que el tiempo, con su vertiginoso e inflexible paso no sólo cambia rostros y maneras de vivir, negocios y empresas que hemos conocido de toda la vida también tienen su destino final, cuando nos parecían eternos. Muchos de ellos han formado parte de nuestras vidas desde que tenemos uso de razón. Es el caso de la "Panadería-Bollería Palacios", sita en la alhameña calle Salmerones, cuyos dueños, cansados del trasiego de los años, de la harina, del trigo y del horno han decidido colgar el delantal, y que sus manos dejen de amasar el pan y los dulces que durante tanto tiempo han formado parte de la dieta básica de sus clientes.
Nos dice Manuela que Salvador Raya Retamero (historiador alhameño), le dijo en una ocasión que su panadería era la más antigua de Alhama, puesto que lleva funcionando desde 1725. Ahí es nada. El padre de Antonio, Manuel Palacios Jiménez del Barco inició la labor panadera de esta familia allá por 1953. A principios de los años setenta dividió el negocio entre sus dos hijos: él, y su hermano Manuel (Manolín), que regenta otra panadería muy cercana y también muy conocida en la calle Humilladero.
Sus dulces más típicos y netamente artesanos, además de su delicioso pan, han sido los roscos de alfajor, empanadillas y "tortas blandas", que muestran orgullosos en la foto, con los que hemos crecido muchos alumnos del cercano colegio Conde de Tendilla. A partir de 2011, ellos dicen que a partir de Reyes, intentarán arrendar el local para que siga funcionando y sacarle algún provecho.
No merecen menos que este pequeño homenaje que desde Alhama Comunicación les brindamos, deseándoles un feliz y merecido retiro, que les permita descansar y sufragar tantos años de sacrificados trabajos y cuitas, entre los que, a pesar de todo reinarán los buenos recuerdos que han construido en este lugar, un lugar donde su vida profesional, personal y familiar ha quedado definitivamente anclada. Hasta siempre y feliz retiro.