Estefanía García Calderón junto a su compañero José Ignacio López Vinuesa abren farmacia y tienda en Arrabalde un pueblo de Zamora.
Al igual que solemos hacer nosotros con los nuevos establecimientos, o empresas, que nos contactan el periódico digital-rural de allí noticiasdelpueblo.es les sacaba en el siguiente reportaje que reproducimos, por supuesto deseándoles muchísima suerte y que les vaya lo mejor posible.
De Andalucía a Arrabalde: un sueño, una farmacia y una nueva vida
Dos jóvenes granadinos cambian el ritmo frenético de Málaga por la tranquilidad acogedora de este pueblo zamorano
Estefanía tenía un sueño: regentar su propia farmacia. Y Arrabalde lo hizo posible.
Cansada de trabajar como adjunta para otros, y con ganas de escapar del estrés trepidante de una gran ciudad como Málaga, esta jovencísima farmacéutica granadina empezó a buscar traspasos por toda España. Hasta que tropezó con el anuncio en Instagram de un chico que se dedicaba a publicitar la compra venta de farmacias... Y, viendo las disponibles, le llamó la atención la de Arrabalde, donde su dueña de toda la vida, Lola, se jubilaba.
Estefanía García Calderón no vino sola; su novio, José Ignacio López Vinuesa, la acompañó hasta este rincón de Zamora que ya sienten como su casa. Nos reciben en la farmacia que administran ya desde el 1 de octubre, y nos cuentan cómo fue todo este periplo que les llevó de Alhama de Granada –el pueblo natal de ambos– a Málaga, y de Málaga y sus casi 600.000 habitantes a Arrabalde con apenas 200 vecinos, o, lo que es lo mismo, de la capital de la Costa del Sol y sus máximas de 40 y tantos grados, al frío de las Carpurias con sus termómetros bajo cero en invierno.
"Tras ver que la farmacia estaba disponible, concertamos una cita, pero yo ya venía con las ideas muy claras: estaba a ocho horas de coche, y si vine es porque ya estaba muy decidida", comenta Estefanía, mientras su chico asiente con un "lo tenía clarísimo". Esto fue en junio, cuando la joven, acompañada de sus padres, se desplazó hasta Arrabalde para conocer no sólo la farmacia, sino el pueblo en sí. La realidad es que fue amor a primera vista: "Me gustó mucho todo, el castro, la vega... Y además, la tranquilidad, que es lo que buscaba también, porque somos de pueblo, y era volver un poco a la vida que nos gusta", recuerda Estefanía.
Así que, se liaron la manta a la cabeza, dejando ambos sus respectivos trabajos –ella, como adjunta en una farmacia en Málaga; él, como pintor para compañías de seguro–, e hicieron las maletas rumbo al norte, con destino a Arrabalde, para cumplir "la ilusión de ser propietaria, de ser la propia jefa".
Llevan ya tres meses en el pueblo y, mientras charlamos con ellos, la cercanía con que les tratan los vecinos que entran en el establecimiento es la prueba de que Estefanía y José son ya dos arrabaldeses más. "La gente nos ha acogido muy bien, teníamos una idea equivocada, de que la gente era cerrada. Y para nada. Eso es un mito. Aquí todo el mundo nos ofrece su casa, lo que necesitemos... Es increíble", comentan ambos.
El problema es que, por ahora, no han conseguido vivir en Arrabalde... Por más que buscaron alquileres por la zona, no lograron encontrar nada, o casas muy antiguas que necesitan reparaciones a fondo. Así que, al menos de momento, pernoctan en Benavente, si bien la vida la hacen en el pueblo, razón por la que, de hecho, Jose va a empadronarse en Arrabalde.
Trato directo con el médico y los pacientes
En cuanto al trabajo, Estefanía está encantada ya que regentar una farmacia en un pueblo pequeño como Arrabalde le permite implicarse más con cada paciente, tener un trato más cercano, llamarles por su nombre y hasta conocerse sus tratamientos.
De hecho, le sorprende el fácil acceso –por teléfono– a la médica de Arrabalde y a los médicos de los pueblos limítrofes, a quienes puede llamar si hay alguna duda, un cambio de medicación o cualquier cuestión, algo impensable en la farmacia en la que trabajaba en Málaga, donde "todo era muy impersonal".
Alcubilla, Villaferrueña, Villageriz, San Esteban de Nogales, Bercianos de Vidriales y Moratones son algunos pueblos a los que la farmacia de Arrabalde administra también medicamentos... Medicamentos que, por otra parte, no difieren mucho de los que se venden en la ciudad, aunque sí es casi todo con receta, "hay poca venta libre", añaden.
Y además... tienda
Una frase que repite José constantemente es que quieren "dar la mayor vida posible" al pueblo. ¡Y tanto que lo hacen! Cuando llevaban poco más de un mes en la farmacia, empezaron a plantearse reabrir la tienda, que está en el mismo edificio, y que regentaba también Lola y su marido Vicente, que cerraron al jubilarse.
Estos dos jóvenes andaluces dieron muestras, una vez más, de que son un ejemplo de emprendimiento y, ni cortos ni perezosos, comenzaron a prepararlo todo, y el Minimarket Carpurias –nombre con que han bautizado a la tienda– abrirá sus puertas este sábado, día 1 de febrero.
La idea es vender productos de primera necesidad, no perecederos, "dándole vida al pueblo", explica José. Porque es la realidad, ya que, con el cierre de este mismo establecimiento hace unos meses, Arrabalde se quedó sin tienda. La reapertura hará que muchos vecinos opten por comprar allí, y no sólo del pueblo, sino de otros cercanos, ya que además, harán reparto.
El sábado a las seis de la tarde será la fiesta de inauguración
Lo único que echan en falta Estefanía y José es algún sitio donde comer pues, más allá del tapeo de los bares, no hay nada, y son muchos los días que tienen que comer en el pueblo... Ojalá alguien coja esta idea y la lleve a la práctica. Así Arrabalde sería ya un pueblo completo.