Los agricultores del tomate de la provincia de Granada esperan obtener menos beneficios que la campaña de recogida del pasado año, a pesar de que la producción aumentará considerablemente.
19/08/2007 VÍCTOR M. MARTÍN / GRANADAHOY. Una campaña agrícola más, los precios de los productos apenas llegan a cubrir las necesidades de producción de los agricultores, que ven incluso como en épocas donde su trabajo es más eficaz y recogen mayores cantidades, sus beneficios toman la tendencia inversa.
Los agricultores del tomate de la provincia de Granada esperan obtener menos beneficios que la campaña de recogida del pasado año, a pesar de que la producción aumentará considerablemente. Si en los meses de campaña de 2006 se recogieron 50 millones de kilos del producto, para el final de la de este año, de la que ya ha transcurrido un mes, se prevé aumentar la producción a 80 millones de kilos, según afirmó el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Granada, Nicolás Chica, que explicó el aumento de producción "en la aparición de numerosas cosechas en zonas del Norte de Granada", que se suman así a las tradicionales de Zafarraya o Motril.
Sin embargo, los bajos precios a los que se les paga el producto a los agricultores provocará que, con un 60 por ciento de subida en la producción de tomate, los beneficios bajen respecto al año pasado un 35 por ciento aproximadamente, ya que en 2006 se pagó el kilo de tomate en torno a 0,30 o 0,32 euros, mientras que este año los precios "oscilan entre 0,10 y 0,15 euros el kilo", aseguró Chica, quien afirmó que el precio es "inferior incluso a los costes de producción del kilo de tomate, que están en 0,25 euros" para el agricultor.
Por tanto, si en 2006 los agricultores recibieron en total por las ventas más de 15 millones de euros, resultantes de multiplicar 0,30 euros del kilo de tomate por los 50 millones de kilos que se recogieron, esta campaña se prevé que los productores reciban unos 9.600.000 euros, teniendo en cuenta este resultado a partir de que las previsiones apuntan a una recogida de 80 millones de kilos, que habría que multiplicar por un precio medio de 0,12 euros.