Aunque sea un libro

Hace bastantes años, en tiempos pre internet, una periodista española bastante prestigiosa escribía que, mientras uno de sus hijos abría uno de los regalos de reyes, otro le decía: “Jódete, es un libro”.

 Venía a decir que, a pesar de sus esfuerzos y supongo que los de su pareja, para culturizar a sus hijos, el “cabroncete” de uno de ellos consideraba que recibir un libro como regalo es una joda (que dirían en algunos países latinoamericanos) es decir una molestia o contrariedad.

 Para un niño, es posible que, en algunos, o me temo que muchos casos, lo deseable es recibir como regalos solamente juguetes. Aunque también los hay, por supuesto a quienes les hace, o nos hacía, tanta ilusión un libro como un juguete.

tienen que inocular el “virus de la lectura”

 No voy a hablar aquí de la importancia de los libros, las librerías y las bibliotecas (públicas y privadas). Quien se pasee de vez en cuando por esta sección ya sabrá del apego y amor de su autor y de este metiche por los libros.

 Son los progenitores, hermanos mayores, educadores, cargos políticos y poderes públicos quienes tienen que inocular el “virus de la lectura” a los pequeñuelos, a diario, no solo en fechas señaladas. Entre otras cosas deben considerar un libro un regalo tan bueno, o mejor, que cualquier otro.

 La alcaldesa de Zaragoza por el PP, Natalia Chueca, en unas palabras pronunciadas este viernes 5 de enero en el estadio de La Romareda, en la bienvenida a los reyes magos, expresaba su deseo de que todos los niños recibieran “aunque sea un libro, un puzle, un cuento...”. No sé si pensó o preparó su alocución o fue improvisada, pero para mí, esta señora, aunque luego pueda decir que se refería a esto, lo otro o lo de más allá, lo que realmente piensa es que un libro es un regalo mediocre, que lo fetén es recibir juguetes chiripiriflaúticos de tropocientos euros. El juego es fundamental, los juguetes también son importantes, pero no más que los libros.

pone de manifiesto el desprecio a la cultura que tienen

 Seguramente la señora Chueca acudirá el Día del Libro a algún colegio (estará en el guion que le preparan sus asesores) a contarle a los niños, pero sobre todo a su gabinete de prensa, lo importante que son los libros, el hábito de la lectura etc., pero ¿qué credibilidad tendrá?

 Esto, aunque no deje de ser una anécdota, pone de manifiesto el desprecio a la cultura que tienen, aunque lo disimulen, muchos cargos públicos de derechas. Especialmente en los sitios en que los votos de VOX son determinantes. Recortes presupuestarios, supresión o cancelación de conferencias, obras de teatro, charlas…, aplicarle la tijera, el hacha o la motosierra a todo lo que suene, aunque sea un poquito a progresista.

 Y lo de suprimir actos no es sólo porque les guste gastar el presupuesto en otras cosas, también es porque cualquier cosa que defienda los derechos de las minorías, los valores humanos, la ética, lo tachan de “adoctrinamiento”, como si ellos no llevaran siglos adoctrinando.

 Regalos de suelo público para construir colegios privados, deducciones a mansalva en la declaración de renta a quienes se pueden permitir matricular a sus hijos en esos mismos colegios, concretamente (y con datos oficiales de la agencia tributaria) pueden deducirse lo siguiente:

 El 15 por 100 de los gastos de escolaridad.
 El 10 por 100 de los gastos de enseñanza de idiomas.
 El 5 por 100 de los gastos de adquisición de vestuario de uso exclusivo escolar.

 Están en contra de las “paguitas”, de ayudar con fondos públicos a quienes menos tienen, pero al final acabamos pagando entre todo parte de la educación elitista de sus cachorros.

Firma invitada: Prudencio Gordo Villarraso.