Con ilusión

 
No puede ser más diferente el título de esta mirada respecto a la que hace una semana escribió el titular de la sección.

 

 Escribía desde Desolación, aunque mantenía una mínima esperanza de que lo redactado quedara desactualizado en el momento de su publicación, como finalmente así fue.

 Aproximadamente unas cuatro horas antes de la finalización del plazo se entregó toda la documentación ante el registro oficial habilitado para tales menesteres. La coalición Sumar finalmente consiguió reunir a una quincena de partidos de izquierda.

 Como en muchas ocasiones en las que un grupo de gente se pone de acuerdo para algo, hubo quienes lo hicieron con discreción y primando lo esencial y también hubo un partido que ponía pegas, pero que finalmente vio lo evidente, que quedarse fuera del acuerdo no iba a ser bueno para ninguno de los acordantes y lo que es más importante, para los votantes de izquierda.

Con demasiada frecuencia existe la tendencia de considerar la ilusión como algo infantil, craso error

 En el acto en el que Sumar presentó el acuerdo el sábado 10 de junio Yolanda Díaz defendió la ilusión: “Digo radicalmente sí a la ilusión, ilusionarnos es hacer el trabajo que hemos venido a hacer, mejorar la vida de la gente en nuestro país, es también ser serios, es ser responsables, ser cuidadosas con las personas y cuidadosas con nuestro planeta”.

 Con demasiada frecuencia existe la tendencia de considerar la ilusión como algo infantil, craso error y confundir los conceptos ilusionado o iluso. Ilusión es según la segunda definición de la palabra en la RAE “esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo”.

 Somos muchos los que tenemos la esperanza de que el resultado de las elecciones del 23 de julio permitan un gobierno de la izquierda, o de la izquierda con el centro izquierda o del centro izquierda con la izquierda.

 Un gobierno que tome medidas para seguir ayudando a quien lo necesite, que considere que cuidar a las personas es compatible con cuidar a nuestro planeta, que no se puede cuidar a unas sin cuidar al otro y viceversa.

Defendamos la ilusión sin ser ilusos

 Defendamos la ilusión sin ser ilusos. El mundo no va a ser perfecto de un día a otro, ni de una legislatura a otra, pero hay que seguir intentando hacerlo mejor cada día, desde los poderes públicos y cada uno en la medida de sus posibilidades.

 Los poderes públicos deben de tener claras sus prioridades y la gente debe tener claro si las prioridades de aquellos a quien vota son las que le van a ayudar o no. Si van a tener centros de salud con médicos y enfermeros o solo con personal de enfermería, si va a intentar mantenerlos o los va a ir cerrando poco a poco, si va a cuidar la enseñanza pública o no, si va a aumentar las becas de comedor o va a dar ayudas de 4 000 euros a aquellos que ganen más de 100.000 para contratar empleadas que cuiden a sus hijos.

 A lo mejor hay quien gana 15.000 euros y tiene la ilusión de que el año que viene va a ganar 100.000 y le van a dar 4.000 para contratar una niñera. En mi opinión eso sí es ser un iluso.

 Y recordemos que los que tienen en su programa recortar y derogar el progreso lo cumplen con una rapidez que deja atrás a Fernando Alonso.

Firma invitada: Prudencio Gordo Villarraso.