Échale cuentas

Que por muchas que le eches, llegar a final de mes no llegas.

  No al menos con la holgura, el desahogo y la capacidad de ahorro que sí han de tener los afortunados españoles que ingresan cada mes 3662 euros, cantidad que parece ser que establece el límite entre ser feliz o desgraciado, según un estudio llevado a cabo en los Estados Unidos que recoge el economista Niño Becerra, gran frecuentador de los medios de prensa que suelo leer para estar al tanto de lo que quieren que esté al tanto los que los pagan. Naturalmente en el país americano se necesitan un buen sueldo y un buen seguro médico sólo para garantizar la asistencia sanitaria adecuada, en el momento preciso. Eso, al menos, los españoles nos lo vamos ahorrando de momento, con fatigas y quebraderos de cabeza. Pero a mí nunca me han dicho “eso no lo cubre su seguro” en toda mi vida de usuario de la Seguridad Social, en mis primeros años con la cartilla del seguro de mi padre y cuando me afilié a la misma, con la mía. Supongo que habrá gente que crea que todo ese dinero gastado en mi salud antes, y ahora que estoy lejos de ser un mozuelo, es dinero despilfarrado. Son los mismos que han visto siempre a las personas como medios de producción, consumidores o el binomio productor-consumidor; pero nunca como seres humanos con derechos más allá de los imprescindibles para seguir vivos para mantener el sistema. Que a ellos los mantiene muy por encima de esos poco más de 3600 euros que calcula Niño Becerra.

...estoy totalmente a favor de la subida de salarios, de las ayudas, de las pagas, de las paguitas y de cualquier otra medida capaz de mantener viva a la gente

 Por otra parte, no sé si tener mucho dinero hace feliz o no; pero sí que estoy convencido de que lo contrario, la absoluta pobreza provoca graves trastornos incompatibles con la vida, pudiendo llegar a causar la muerte. Por ello estoy totalmente a favor de la subida de salarios, de las ayudas, de las pagas, de las paguitas y de cualquier otra medida capaz de mantener viva a la gente, independientemente de cualquier circunstancia derivada del nacimiento. Y como lo natural es que unos nazcan reyes y otros esclavos, hay muchas formas de esclavitud modernas y yo recelo profundamente de lo natural, prefiero las soluciones artificiales que posibiliten que todos vivamos ni como reyes ni como esclavos, ni gusto de arrastrar cadenas y extenuarse por un trozo de pan, ni apetezco “Bribones”, cacerías o “amigas entrañables”. Sobre todo, si esos lujos los tiene que pagar el que se extenúa por el pan.

...entre las cosas que se pueden comprar con el dinero están algunas de las que más valoro y aprecio

 Eso sí, entre las cosas que se pueden comprar con el dinero están algunas de las que más valoro y aprecio: Libros, tiempo para leer, tiempo para compartir con familia y amigos, salud razonable para disfrutar de todo eso. Y algo con lo que llenar el plato de Harvard al menos tres veces al día. Y para ello no se necesitan 3662 euros cada mes. Si lo sabré yo.

 Pero sí se necesita la certeza de unos ingresos con los que poder contar para elaborar el proyecto de vida, que, dadas tus circunstancias, se adapta más a tus necesidades, deseos y sueños. Que cabe la posibilidad de cambiar tus circunstancias con el trabajo duro, el esfuerzo y luchando por tus sueños, también es verdad. Pero como en cualquier cálculo hay que tener en cuenta los costos y los beneficios. Más aún cuando entre los gastos está la propia vida. El tiempo. Tu tiempo. Algo que eres tú quien debe valorar. Échale cuentas.

Imagen generada por inteligencia artificial.