El conocido popularmente como puente romano de Alhama, aunque en el intento no materializado de su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) se constató que podía tener más de árabe, está a tris de sucumbir ante la poderosa influencia de la naturaleza.
El paso de los años, la erosión del agua y del viento, y el incivismo de algunas personas que han ido derribando piedra a piedra su pretil, hacen que, poquito a poquito se vaya desmoronando y que este vestigio de la historia alhameña con varios siglos de historia esté a punto de desaparecer. Y ello, pese a haber sido incluido como hito importante en la reciente inaugurada ruta del termalismo, por la que fue premiado a nivel andaluz el consistorio alhameño.