Síndrome de Estocolmo

La otra mirada


A modo de hipótesis para intentar explicar el apoyo a tesis irracionales.

 Aunque no es un síndrome oficialmente reconocido, sí es bastante conocido, sobre todo en casos de secuestros. Se trata de la identificación de la víctima con su verdugo, del secuestrado con su secuestrador y, añado yo, del explotado con su explotador, en definitiva, es un mecanismo de la psique humana para intentar racionalizar su situación, El secuestrador no me ha matado, me alimenta y no me causa daños innecesarios, luego puede que no sea tan malo.

 Sólo desde esa racionalidad equivocada puedo entender que haya gente de eso que, con retórica muy pasada de moda, pero que me encanta, podemos llamar “el elemento obrero” o “los productores”. Tengo perfectamente claro que no hay en España gente que pueda vivir de sus rentas suficiente para tanto voto a partidos como Vox o el PP de Pablo Casado, que claramente arremeten no únicamente contra el gobierno si no contra todo lo que huela a gasto público. Ahí están las declaraciones donde no gobiernan en el sentido de que la “sanidad para todos es una lacra” y los recortes en educación y sanidad donde gobiernan, como aquí mismo en Andalucía. Donde además se beneficia con exenciones fiscales a las casas de apuestas porque está claro que la ludopatía es una necesidad esencial para los andaluces. Que yo no me invento nada y que ahí están los diarios digitales y los buscadores para confirmar o negar mis declaraciones.

 A lo que iba, que si tu vives de tu trabajo, con apuros como casi todos los que cobran los sueldos que pagan las empresas privadas y las públicas a los trabajadores de los grupos de cotización comprendidos entre el 8 y el 11, que son los que corresponden a oficiales de primera y segunda, oficiales de tercera y especialistas, peones y trabajadores menores de 18 años, y asumes que los extranjeros vienen a quitarnos el trabajo, que la sanidad pública es una lacra, que todos los políticos son iguales y que con 460 euros se puede uno dar a la molicie y devenir en un vago y un parásito, posiblemente tienes una visión alterada de la realidad. Básicamente esos son los postulados que definen a la derecha del PP y la extrema derecha de Vox.

 No voy a hacer un Trump y pedir que los ilegalicen, porque creo en la democracia y en el derecho a la libre circulación de ideas, pero si diré que esta forma de pensar que es totalmente lógica en gente que vive de rentas, o que sus actividades le permiten obtener comisiones, aquí y allá y hacerse con un capitalito, o si eres rico por tu casa. Pero si trabajas por un sueldo que apenas te da para llegar a fin de mes o eres autónomo con problemas para lo mismo y te sitúas en las posiciones ideológicas de esa gente, lo más probable es que sufras de síndrome de Estocolmo, lo que te hace sentir empatía y simpatía con gentes de muy dudosa honorabilidad, como el señor Pujol, por ejemplo que se permite presumir de que si él va a la cárcel cae todo el sistema con él, por citar sólo un ejemplo. O con ciudadanos más dados a la caridad que a la justicia fiscal.

 Por otra parte, lo de enojarte por lo que tú llamas “paguita” es fruto del más mínimo desconocimiento del Ingreso Mínimo Vital, desconocimiento culposo ya que hay más que abundante información sobre el mismo. Pero sí que te informo de que se necesita un año de residencia en España y para tu alegría, firmar un compromiso de búsqueda de empleo, o aceptar el que te ofrezcan. Pueden quienes lo perciban compatibilizarlo con un trabajo de 200 euros mensuales, por ejemplo y la Seguridad Social aporta los otros 260 hasta llegar a los 460. El ejemplo no es mío, sino que es de Pablo Iglesias.

 Y ya me dirás tu qué clase de trabajo es uno por el que te pagan 200 euros mensuales, y, sobre todo, en qué situación se debe encontrar alguien para verse obligado a aceptarlo. Si aun así lo de la “paguita” te sigue molestando por que mantendrá a vagos sin trabajar, puede ser que se dé algún caso. Pero yo prefiero a diez culpables libres a que un inocente sufra. Manías que tiene uno.