Cuatro generaciones sentadas a la mesa. Pero faltabas tú.
Faltabas tú
Cuatro generaciones sentadas a la mesa. Pero faltabas tú.
De risas de pequeños y brindis de mayores se ha llenado la casa. Pero faltabas tú.
Un débil soplo que sale de su boca, ya sin fuerza, apaga, con ayuda, las velas de una tarta de galletas. Las manos deformadas, arrugas en la frente. Los ojos entornados y el pensamiento ausente… porque faltabas tú.
Dos lágrimas traidoras, que ahora surcan furtivas sus mejillas, ensombrecen la magia del momento. Cae la noche. Una estrella fugaz atraviesa veloz el firmamento. ¿Eras tú?