570 años del nacimiento de Isabel la Católica

Historia


El personaje histórico que más ha hecho por Alhama en toda su historia.

Por Andrés García Maldonado

 Se cumplen hoy los 570 años del nacimiento de la mujer más universal que ha dado España, tan vinculada a la Historia de Alhama, Isabel la Católica la que tanto hizo por esta población y constantemente puso de manifiesta una predilección excepcional por esta ciudad-fortaleza.

 Allá por tierras de Castilla, en 1451, el día 22 de abril, en Madrigal de las Altas Torres, nace la hija de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal, la que sucedería en la corona castellana a su hermano Enrique IV y, junto con su esposo, Fernando V de Castilla y II de Aragón, hicieron posible lo que fue la base esencial de España y del estado moderno.

 Todo esto es bien sabido y sobre cualquier otra cuestión histórica poco se habrá escrito más a lo largo de siglos, por lo que la finalidad de este breve recuerdo histórico en “Alhama Comunicación” es en relación a esa relación con nuestra Alhama.

 Abundando en la razón por la que el Patronato de Estudios Alhameños acordó hace ya bastantes años y ha culminado la realización de un monumento a esta figura histórica, en todo momento por encima de planteamientos políticos, religiosos o de cualquier otra índole que cree división y hasta enfrentamiento, y siempre por una noble y enorme gratitud que a ella se le viene debiendo desde hace siglos por la Alhama histórica y real.

 Siempre, esta vieja y mantenida gratitud, reiteramos, se planteaba y se plantea como un reconocimiento a una relevante figura de la Historia Nacional y de la Universal, por cuanto hizo en favor de esta ciudad-fortaleza en el momento histórico de su integración en la corona de Castilla y años posteriores y , lógicamente, con el sentido de que se lleva a cabo materialmente siglos después y la mentalidad a tener presente no puede ser la de aplicar y calcar toda una vida de los siglos XV Y XVI a la luz de los conceptos avanzados de los siglos XX, finales, y XXI, principios.

 En el transcurrir de más de cincuenta años, amplia y reiteradamente, hemos venido exponiendo -libros, monografías, artículos, conferencias, intervenciones en numerosos seminarios y jornadas, etc.-, sin decaimiento y con constante regularidad, especialmente desde el Patronato de Estudios Alhameños, que Isabel la Católica distinguió a Alhama de una manera singular, con decisiones, hechos y gestos de indiscutible transcendencia para la ciudad y, en alguna ocasión, para la misma Historia de España.

 Como afirma Vidal González, hubo de ser en la madrugada del 10 de marzo de 1482 cuando recibe, en Medina del Campo, la noticia de la toma de Alhama, ordenando al instante, junto con su esposo, el rey Fernando de Aragón, la conservación de la ciudad-fortaleza para la corona de Castilla y, con ello, llegaba definitivamente la hora de la guerra para la conquista del reino de Granada, la que da por iniciada. E inmediatamente, horas después, al día siguiente, parte para acá el mismo rey Fernando y ella lo hace poco después.

 Es tal su decisión y propósito de hacerse con el reino nazarita que en todo momento está al día e informada sobre la marcha de la conservación, defensa y abastecimiento de la ciudad-fortaleza alhameña y toma decisiones sobre el socorro y ayuda a Alhama. Serán constantes los gestos y entregas en favor de este propósito que lo convierte en aquellos momentos en el más importante para la Corona. Vayamos recordando variadas disposiciones y decisiones que ponen de relieve lo que ya es bien conocido.

 Por ejemplo, se ha dicho y extendido que empeño sus joyas para el proyecto de Colón. Pues no, lo fue en concreto para la conservación de la ciudad de Alhama, para la ayuda y abastecimiento de ésta. Ya antes, recién conquistada, cuando llega el rey Fernando por vez primera junto con el gran cardenal de España Pedro González de Mendoza, a finales de abril de 1482, manda la fundación de tres iglesias, con las correspondientes dotaciones de cruces, vasos y ornamentos remitidos por ella misma, llegando a afirmarse que bordó con sus mismas manos alguna casulla para la iglesia de Santa María de la Encarnación.

 Implica y hace que el Papa Sixto IV otorgue la consideración de cruzada a la guerra de Granada tras la toma de Alhama y en 1483 impone a Boabdil, en el tratado que llevan a cabo para su liberación tras la derrota de éste en Lucena, el reconocimiento de los antiguos términos de Alhama, para seguridad de sus moradores, los que tendrían la facultad de transitar por los caminos que antes lo hacían los musulmanes alhameños, además otorga a Alhama carta de privilegio fuero, dispone la creación del primer Hospital de Sangre, en esta guerra, por lo que son conocidos a partir de aquí por las tropas, como Hospitales de la Reina, los que vinieron a suponer el inicio de la Sanidad Militar.

 En 1485 quien había sido tan insigne alcaide y capitán general de Alhama, Iñigo López de Mendoza, conde de Tendilla, cumpliendo la misión encomendada por la mismísima reina, que le nombra embajador especial ante el Pontífice en Roma, negocia y acuerda con Inocencio VIII el denominado Patronazgo Real por el que, entre sus primeras decisiones, está la construcción de la iglesia de Santa María de la Encarnación, el monumento más importante de nuestra Alhama que la simboliza y representa a lo largo de estos últimos cinco siglos.

 Cuando Boabdil va a rendir Granada pretende y pide como lugar para su retiro en el mismo reino de Granada a la ciudad de Alhama, a lo que ella, por el afecto hacia ésta y esencial significado en esa misma contienda no le hace ni el más mínimo caso; le concedió propiedades, como el mismo Balneario -el que en el siglo XIX vendió el Ayuntamiento a un particular-; incluyó a nuestra ciudad entre las que constituirían la Hacienda del príncipe de Asturias, su amado y malogrado hijo don Juan, etc.

 Únicamente por alguno de los hechos indicados siempre fue merecedora Isabel la Católica de haber tenido ya, desde hace siglos, un reconocimiento especial y permanente en nuestro pueblo. Y ello sin acudir a que estamos hablando de una reina española excepcional, alguien ha llegado a calificarla como la mujer más relevante de la Historia Universal y la que más de España, sin lugar a dudas, esto no lo discutirá nadie, una de las figuras más importantes de toda la Historia de España. El gran historiador Luis Suárez, quien ya adelantó a principios del siglo que vivimos lo que iba a pasar con nuestra historia y devenir grave de España en algunas de sus regiones, dejó bien claro que “Tener prejuicios contra Isabel la Católica es ignorancia”, como han afirmado muchos historiadores más contra los que, en general haciéndole el juego a la “Leyenda Negra”, contemplan algún hecho o decisión manipulándolo y no contemplándolo a la medida de la realidad mental del siglo XIV, así como a las circunstancias e imposiciones que se mantenían o daban en aquellos tiempos, lo que no quiere decir que no cometiese a lo largo de su reinado algún error incomprensible a la altura de nuestros días.

 Tampoco podemos olvidar que gracias a ella Alhama fue la primera población en la que vino a concebirse lo que se describía como el nuevo organigrama del Estado que ponen en marcha los Reyes Católicos, encuadrándose en ello, entre otras varias e importantes actuaciones, la construcción indicada de nuestra iglesia mayor, igualmente otorga escudo de armas a la ciudad con los títulos de Muy Noble y Leal, dándole los Reyes Católicos la consideración y tratamiento de Ciudad, etc.

 Por todo ello, porque jamás nadie, a los niveles históricos que hablamos, se interesó y preocupó tanto y tan favorecedoramente por Alhama, Isabel I de Castilla y España, Isabel la Católica, es merecedora del público, claro y permanente reconocimiento histórico de los alhameños.