Jayena celebra una edición más de la noche más mágica del año

Jayena


La afluencia de público se ha notado al caer en domingo esta celebración. Aunque la animación fue total.




 A eso de las diez de la noche la plaza del ayuntamiento comenzó a llenarse de vecinos jayeneros. Se dieron cita público de todas las edades que quisieron celebrar la noche de san Juan. Una noche en la que acompañó la temperatura y las ganas de fiesta. El ayuntamiento repartió, refrescos y ponche casero fresco. Los vecinos que acudieron al evento alrededor del fuego de san Juan quemaron los malos momentos del año en la llama mágica. Pidieron tres deseos escritos en un papel que tiraron al fuego, alrededor de la hoguera también danzaron para espantar los malos augurios. Tras este momento llegada la hora, todos se acercaron a la junta de los ríos Chico y Grande, a las 12, a lavarse la cara y cerrar el círculo del ritual, de la celebración del fuego y el agua.

 En esta edición, tal vez por lo de caer en domingo y que al día siguiente hubiera que trabaja la asistencia fue algo menos masiva que en ediciones pasadas, aunque ello no se dejó notar mucho en la diversión y la animación de la celebración de la noche que fue total. Todo un universo de ilusión y superstición, para seguir recuperando, una de las celebraciones más tradicionales del verano jayenero, y que en otro tiempo fuera una de las fiestas más significativas en el calendario festivo jayenero.

 Después vino la madrugada, y la tradición dice que los jóvenes, y todo aquel que quiera ofrece y obsequiar con distintos dichas, a las personas que quieren o a las que no quieren, dependiendo del sentimiento si es encontrado o afectivo debe de hacerlo en ese espacio de tiempo que llega hasta el alba. En ese trance que se prolonga hasta el amanecer, las calles no duermen y rompiendo el silencio nocturno, a golpe de disimulado sigilo, en el ajetreo de agasajo de cerezas, rosas u otros frutos o flores, si la dicha es buena, o “sabucos”, pinchos etc., si la dicha es contraria la aurora va despertando el día.