Izco maneja pólvora eterna

Personajes

 El diario Europa Sur, de Algeciras (Cádiz), dedicaba el pasado miércoles, 25 de febrero de 2015, un artículo a Izco, en el que recuerda su trayectoria deportiva, y hace una semblanza del mismo, tanto de su paso por aquellas tierras, como de si vida actual.



Izco en la actualidad, dando instrucciones a los jugadores de la UD Alhameña

Reproducción íntegra:

Izco maneja pólvora eterna

 A sus 43 años y once después de dejar la Balona entre lágrimas, el delantero sigue haciendo goles, y a veces a pares, en el Alhameña de la Tercera Andaluza granadina, del que además es entrenador, tareas que compatibiliza con sus labores de agricultor.

 Francisco Ramos Fuentes, Izco, marcó goles, y no precisamente pocos, para la Real Balompédica en la temporada 2003-04, aquella que acabó con la polémica eliminación de los albinegros en Zafra a manos del Díter en la fase de ascenso a Segunda B. Más de una década después aquel centrodelantero sigue marcando. En Tercera Andaluza, pero sigue marcando. El pasado domingo, además, por partida doble en el triunfo de su equipo sobre el Huéscar (3-0). Izco es entrenador/jugador del Alhameña, el conjunto de su pueblo natal, Alhama de Granada, que pelea por salir de la zona de descenso. Después de tantos años se le sigue llenando la boca al hablar de todo lo que supuso para él su paso por La Línea.

 El documento de identidad de Francisco Manuel Ramos Izco desvela que vino al mundo hace 43, pero él garantiza que sigue anclado "en los 28". Algo de cierto tiene que haber en esa afirmación, porque de otra forma resulta complicado entender que pueda compatibilizar su tarea con como labriego de los terrenos que recibió de su padre con la dirección del club, del equipo benjamín y del senior, en el que además se ha visto obligado a volver a jugar desde mitad de temporada. "Bueno, cuando el entrenador me pone, que a veces tenemos discrepancias", bromea.

 Izco llegó en su día a la Balompédica con un importante bagaje y procedente de un Lucena en el que había militado cuatro años, al que regresaría más tarde y por cuyo entorno también es especialmente querido. Después llegó aquel año en el que bajo el mando de Gabriel Navarro Baby tuvo compañeros en aquella primera eliminatoria a Mingote, Nieto, Yeyo, Gregorio Molina, Funes, Antonio Merino, Ricardo, Diego López, Roberto, Juanlu, Salamanca o David Miguélez, entre otros.

Volvió al Municipal con el Portuense, pero también se enfundó las camisolas de Arenas de Armilla, Imperio de Albolote… hasta regresar a su pueblo


Izco en el partido del pasado fin de semana tras marcar el primero de sus dos goles

 La Línea quedó tan señalada en Izco que hace algo menos de tres años cogió a su familia y su plantó en el Municipal para presenciar in situ el Balona-Tenerife de la fase de ascenso a Liga Adelante. "Cada vez que viene por esta zona trató de ir a verla, porque me trae muy buenos recuerdos. El otro día estuve en Granada en el partido con el filial", recalca.

 "Es que allí estuve muy a gusto, me trataron muy bien", evoca el veterano delantero, con evidentes muestras de añoranza. "De hecho hablo bastante con Ismael Chico, con el que me quedó una muy buena relación".

 "No sólo no me sorprende, sino me alegra que la Balona esté un año y otro ahí arriba, porque es un equipo que tiene solera, por lo que me cuentan están haciendo las cosas muy bien", asegura Izco. "Lo que tienen que hacer es aprovechar una de estas para dar el salto, porque ya en su día merecieron eliminar al Tenerife, porque vi el partido por la tele y todos sabemos lo que pasó, pero esa ciudad y esa afición merecen disfrutar un día de la Segunda división".

 Preguntado por qué consejo daría a uno de sus pupilos del equipo benjamín y un día fuese tentado por la Balompédica, responde: "Le diría que fuese corriendo, que no se lo pensase, porque para mí jugar en la Balona ya era una ilusión antes, pero después aquel año… fue una experiencia bárbara".

 "Es de los sitios en los que más se vive el fútbol que he conocido, hay muy pocas ciudades donde la gente sienta ese amor por su club, donde se viva el día con esa intensidad y para cualquier jugador es una experiencia muy recomendable, porque uno se siente futbolista y profesional desde el primer día que llega".

 La conversación termina con un cariñoso "da recuerdos por ahí a todo el mundo" que no es más que otro síntoma del carácter de este viejo lobo de sólo "28 años" que sigue haciendo goles y que un día, que igual se antoja más lejano de lo que es en realidad, los hizo para la Balompédica.

(Origen de la noticia). Las fotos de cabecera son con las que este diario ilustraba el artículo.