Antonio Ramos participa en un coloquio para olvidar el miedo y el silencio

Personajes


 Cuatro historiadores analizan el crimen de 1933 y su posterior repercusión en una mesa redonda en la que el público aborda múltiples aspectos con lo ocurrido en Casas Viejas

 “Conciliarnos con nuestra historia y una terapia contra el silencio y el olvido”. Después de más de dos horas, el objetivo inicial propuesto por el moderador de la mesa, Antonio Luis Rodríguez Cabaña, se daba por asumido y alcanzado por el público asistente a un coloquio para analizar los Sucesos de Casas Viejas y su posterior repercusión en el pueblo y la historia de España.

 Rodríguez Cabaña, natural de Benalup, historiador y miembro de la Fundación Casas Viejas, fue el encargado de conducir un debate con la participación del historiador José Luis Gutiérrez Molina, el también historiador y teniente coronel de la Guardia Civil, Jesús Núñez Calvo, y el periodista Antonio Ramos Espejo.

 Tanto el moderador como el resto de ponentes han publicado trabajos y libros sobre los Sucesos de Casas Viejas, de manera que la primera ronda de sus intervenciones sirvió para que cada uno de ellos expresa, de manera resumida, su visión sobre lo ocurrido en 1933 y su posterior repercusión.

 Antonio Luis Rodríguez Cabaña, tras hacer un somero repaso de los libros que se han publicado tras el franquismo y elogiar la labor que viene desarrollando el IES Casas Viejas en la difusión de la historia local, concluyó asegurando que “los Sucesos siguen estando vigentes. Aún quedan zonas oscuras que aclarar y son los propios vecinos quienes tienes que hacer suya su historia y olvidar el miedo y el silencio”.

 El siguiente orador, José Luis Gutiérrez Molina, como ya hiciera el día anterior el comisario de la exposición fotográfica, José González, quiso comenzar recordando la figura de Juan Pérez Silva, recientemente fallecido.

 En su intervención, Gutiérrez Molina llamó la atención sobre los hechos ocurridos en 1933, su repercusión e interpretación y su posterior significado. “Todavía hoy lo mismo sirve para un roto que para un descosido”, ironizó en torno a la polémica que aún suscita los Sucesos como se refleja en los foros de Internet donde se abordan.

 En opinión de Gutiérrez Molina, “Casas Viejas necesita hacer una terapia colectiva” sobre los Sucesos y puso el acento en el debate relacionado con el ejercicio del poder y el significado de la democracia participativa.

 Tras esta intervención, el turno correspondió al historiador y teniente coronel de la Guardia Civil Jesús Núñez que se centró en el papel que desempeñó el capitán Rojas en la masacre. “Sin él probablemente no hubiera ocurrido el caso Casas Viejas”, dijo. Haciendo suyas palabras de Gutiérrez Molina, Jesús Núñez recordó que las primeras víctimas en el pueblo fueron dos guardias civiles que murieron “defendiendo la legalidad republicana”.

 Para el teniente coronel de la Guardia Civil, en 1993 se produjeron cuatro tragedias: La primera, la muerte de los dos guardias civiles; la segunda, las personas que fallecieron en la choza de Seisdedos; la tercera, las doce personas asesinadas la mañana siguiente, cuando estaban desarmadas, esposadas y en once de los casos no tenían ninguna relación con el asalto al Cuartel. La cuarta tragedia de aquellos fatídicos días de enero fue “la leyenda negra que cayó sobre Casas Viejas”, expuso Jesús Núñez.

 El periodista Antonio Ramos Espejo cerró la primera parte de la mesa redonda con un intervención en la que recordó cómo llegó en 1978 al municipio a escribir un reportaje periodístico sobre los Sucesos y como fue, a partir de ahí, indagando y entrevistando a personajes claves en aquella tragedia, entre los que citó al propio Juan Pérez Silva, Manuel Prieto, Mercedes Cruz, hija de Seisdedos y Manuel García Franco, que fue el niño que logró, junto con María Silva, escapar con vida de la choza de Seisdedos.

 Finalizado el discurso de Antonio Ramos, se proyectó un documental dirigido por el periodista para Canal Sur hace cinco años en el que recogen testimonios de estos protagonistas y de otras personas relacionadas con los Sucesos.

Debate

 La proyección dio lugar a un posterior debate, en el que fueron numerosas las peticiones de palabra del público para preguntar a los ponentes o reflexionar sobre los Sucesos.

 La relación de asuntos que fueron abordadas en este posterior debate fue muy extensa. Así, se analizaron las condiciones de la clase obrera y de los jornaleros en el contexto en el que se produjo el crimen y la posibilidad de una paralelismo con la situación de crisis económica actual. 

 La dignidad y el papel de las mujeres en las décadas posteriores fue también abordado en un debate en el que se expresaron opiniones divergentes en aspectos como el papel y la responsabilidad de Manuel Azaña y del gobierno de la República.

 Para José Luis Gutiérrez Molina, “con los Sucesos de Casas Viejas se produce el cierre del ciclo de la esperanza republicana abierto en 1931” y se muestra convencido de que “Azaña sabía perfectamente” lo que ocurrió pero no asumió responsabilidades políticas.

 Frente a esta visión, Jesús Núñez remarcó que las investigaciones históricas han dejado claro que Azaña no dio la famosa orden de “tiros a la barriga” y que tuvo una responsabilidad política que fue penalizada luego en las urnas, pero el crimen contra personas desarmadas y esposadas fue exclusivamente responsabilidad del capitán Rojas, del que ofreció numerosos detalles sobre su carácter represor.

 El debate fue girando en su última parte en el ejercicio del poder y la democracia, aseverando Antonio Ramos que “el abuso de poder es inherente a los Gobiernos”.

 Habían pasado ya más de dos horas desde el inicio de la mesa redonda cuando su moderador, Antonio Luis Rodríguez, concluyó el acto reivindicando la labor que el Ayuntamiento, la Fundación Casas Viejas y el instituto para que se conozca la verdad de los Sucesos y se conozca la memoria histórica por parte de las nuevas generaciones.

 En una información aparecida en Noticias de la Villa.

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