Un Jalowin con acento jameño

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La madrugada del día de difuntos se está convirtiendo cada vez mas en una celebración al mas puro estilo americano. Anuncios en radio de fiestas hasta el amanecer, escaparates cargados de trajes "terroríficos", pubs y discotecas adornados con simuladas telas de araña, murciélagos y calabazas.


Pequeñas crónicas de un gran pueblo
, por María Peula

Muchos alhameños se habían quedado en Granada para celebrar la nombrada fiesta, otros se decantaron por la tranquilidad del pueblo. Con algunos grados menos respecto a la capital y con paisaje verde y gris no dejaba de ser un atractivo para evadirse del bullicio cosmopolita.

Dejando atrás el ingrediente americano, esta noche no deja de ser mas que un encuentro entre amigos, una noche para divertirse. Eso fue precisamente lo que buscaban los alhameños/as que se encontraban en "El encuentro", un local de copas y buena música situado cerca de la placeta.

Entre el frío y una persistente lluvia llegamos al lugar, arañas, de plástico por supuesto, con sus respectivas telas, esqueletos y alguna que otra mano decapitada ambientaban el lugar, que se fue llenando cada vez mas a lo largo de la noche.

Tras la barra y tan simpático como siempre, Gerardo Molina, dueño del sitio, junto a la camarera, Irene Aguado, del Pantano de los Bermejales, los dos vestidos de negro para la ocasión.

Saboreando una limonada, Ana Raya Villarraso, estudiante de medicina y compañera de expediciones en bici a la Cueva de la Mujer, junto a Cristina López amiga desde la ESO y estudiante de óptica. Con nosotros tiene el futuro asegurado.

Disfrutando del ambiente Leticia Miranda, junto a un cordobés pero casi alhameño, Pedro Chacón.

Animando el ambiente y entre risas, desde Ventas de Zafarraya y peluquero de profesión, Néstor Romero, con él, Germán Jiménez, trabajador del Infoca, Antonio Olmos y Juan Antonio Moreno recordando viejos tiempos.

Cerca de ellos y con un par de sonrisas que contagian y además hermanas, Tere Rivera, enfermera junto a Carmen Rivera estudiante de hostelería, que además tiene un arte sobre el caballo que ya quisieran otros.

La noche avanzaba y el ambiente mejoraba, el debate estaba abierto, ¿es realmente tan ridículo celebrar una fiesta que no es nuestra?

A él poco le importaba el debate, Paco Lozano, camionero desde que tengo uso de razón y un buen  amigo, puedo asegurar que desde el camión se ve la vida desde otra perspectiva.

Mientras conversábamos, dos terroríficas siluetas armadas de machete y espada nos dieron el susto de la noche al mas puro estilo Halloween. Entre una de esas macabras mascaras asomaba el rostro de Víctor Martel.

Unos recién casados Charo Negro y Ricardo Romero, Diego Negro entre pipas y baile Antonio Rodriguez y al lado de ellos Sergio Romero joven encargado de un supermercado local junto a su novia Maribel García, esteticista y con esa simpatía que la caracteriza.

Poco antes de salir me encontré, debajo de una magnífica fotografía de Alhama cubierta de nieve (ahora con un esqueleto sobre ella) y jugando a los dardos, a Trini Ruiz, compañera y amiga de infancia, ha crecido entre papel fotográfico y lo de las fotografías lo lleva en la sangre, con ella, Mari Carmen Moya, estudiante en practicas.

¿Noche de Halloween? ¿Noche de terror? no está muy claro, lo que si lo está es la noche de amigos, de risas y de lluvia. Que el fondo sea extranjero no implica que los protagonistas se comporten como tal.