Los frutos del mal

La otra mirada


 Afirma el Jefe del Estado que las reformas del presidente Rajoy ya empiezan a dar sus frutos y yo, que estoy a ras de tierra y con los pies en el suelo, no alcanzo a ver tales frutos.

 Seguramente desde las alturas por donde se mueve el Jefe del Estado, por elección del Caudillo, las cosas se deben ver desde otra perspectiva y con otro color mas tirando a rosa que desde la calle que es donde están todos los que no tienen empleo, que según las noticias más recientes son el 25 % de los trabajadores de este país. También están en la calle, esta vez mucho más literalmente, los 500 desahuciados diarios a los que el impago de las hipotecas, la ley y los bancos ponen allí directamente, con el uso de la fuerza pública si es menester.

 Pero como nuestros gobernantes velan por su pueblo, la ministra de trabajo ya les ha dicho a los empresarios que “si pueden contraten gente”, nuestro presidente anima todo el mundo a no defraudar a hacienda y el ministro del Interior pidió al Papa que rezase por España. Como se puede observar son todas medidas que tienen la ventaja de no ser lesivas para nadie: Los empresarios que puedan contratarán gente, los que no, pues no lo harán, los defraudadores y evasores seguirán a lo suyo tan ricamente y lo de rezar por España, pues ningún mal nos puede hacer.

 Como sí se le hace daño al país y al pueblo es con las políticas de recortes que son las que han demostrado que no dan resultado si hemos de creer a las noticias que vemos casi a diario. No sé si es posible conseguir el déficit cero y pagar la deuda, lo que sí sé es que de seguir así ni siquiera habrá bastante con las acciones de Cáritas y otras ‘oeneges’ que palian en algo nuestra situación y hacen que aquí en España sea más fácil llevarse algo a la boca que en otros lugares en los cuales la gente arriesga la vida para cruzar el Estrecho y llegar aquí.

 De continuar con las políticas neoliberales que todo lo confían en el libre mercado, con los recortes en salud, educación y políticas sociales con privatizaciones, etc., seguiremos sin crecer, continuaremos con más desempleo y todas las consecuencias que esto trae.

 Ya sé que me repito, pero son las ventajas de la edad madura, que uno tiende a repetirse y que disfruta de la independencia necesaria para poder decir lo que estime oportuno.