Hoy no

La otra mirada


O pequeña reflexión philosóphica para el día a día.

 En uno de los mejores parlamentos televisivos que he escuchado últimamente, Andrea, protagonista de la serie y médico en Milán se dirige a un grupo de residentes en estos términos, más o menos: ”Hay una vieja cabrona, que es la muerte y nuestro deber como médicos es mirarla cara a cara, interponernos entre ella y el paciente y decirle : Hoy no”.

 Algo resumido, claro; pero ese es el mensaje que se me quedó grabado por lo que supone de norma básica de vida. Hoy no. Mirar cara a cara a los problemas y hacerles frente de todas las formas posibles. No se trata, pues, de una huida o escape, ese hoy no, no es una forma de evasión, no es esconder la cabeza y esperar que se calme la tormenta, es exactamente todo lo contrario, hacer frente a esa tormenta que irrumpe en nuestra vida y tomar las medidas necesarias para minimizar daños.

 Pueden ser cosas tan simples, o complejas, como dejar de beber o de fumar; optar por una alimentación más sana, si hablamos de salud; o tomar decisiones económicas para hacer frente a una situación complicada. Son muy pocos los problemas que no tienen una solución, que hay que buscar, que no va a venir sola, que no se va realizar por quejarte en redes sociales. Pero hay que buscar las soluciones y decirle al problema que, al menos hoy, no te va fastidiar la vida.

 Lejos del pensamiento cuasi mágico de “la actitud positiva”, de cambiar tus pensamientos para cambiar tu realidad o de la actitud, o esperanzada o resignada, del pensamiento religioso, reza y espera, estamos ante una actitud vital, profundamente vital, pero totalmente científica.

Hace demasiado calor, tal vez pueda deberse a que es verano, algo se podrá hacer. Con la factura de la energía eléctrica poco es lo que está en nuestras manos, excepto pagar y decir que hoy no nos va a amargar la vida
 En el caso del buen doctor Andrea se trata de investigar síntomas y situaciones personales y familiares del paciente hasta dar con el diagnóstico y el tratamiento correcto; en nuestro caso básicamente es lo mismo, pero con nuestra vida. ¿Qué es lo que me pasa?, y ¿por qué me pasa? Tal vez he votado equivocadamente o tal vez mis expectativas eran mayores. Reflexión ante las próximas elecciones y no votar a quien mejor le siente la chaqueta (Casado, Sánchez) si no a quien es capaz de reivindicar y resucitar el viejo, y tan denostado, espíritu de la transición (Yolanda Díaz). Diálogo, consenso y no querer imponer a toda costa nuestras ideas, pero tampoco renunciar a ellas a las primeras de cambio.

 Hace demasiado calor, tal vez pueda deberse a que es verano, algo se podrá hacer. Con la factura de la energía eléctrica poco es lo que está en nuestras manos, excepto pagar y decir que hoy no nos va a amargar la vida, que tenemos otros planes más placenteros, como leer un buen libro, escuchar otra vez a Led Zeppelin o ver series a la carta, último vicio en el que he caído y que no me avergüenza confesar.

 Hay muchas cosas que están a nuestro alcance para poder decirle a quien intenta hacer nuestra vida más amarga y menos amable, hoy no. Hoy no al rencor, a la envidia, al egoísmo desmesurado, al afán de superación más allá de límites razonables, al exceso de consumismo. Hoy no, en definitiva, a todas las cadenas que nosotros mismos hemos ido poniendo en nuestras muñecas y tobillos.

 Supone un gran esfuerzo, ya lo sé; pero sabido es que no hay nada que merezca la pena que sea fácil.

 ¿Amargarnos la vida? Hoy no. Y mañana ya veremos.