Historias de gratitud

La otra mirada


“Es agradecida Alhama con sus hijos y lo es desde la persona de más edad, hasta ese niño sentado en los hombros para no perder ni un detalle de ese acto que seguramente no entienda, pero del cual tal vez en años venideros sea protagonista”.

 Veintiséis años van ya en los que el Patronato de Estudios Alhameños recoge el sentir de esta tierra y agradece a quienes lo merecen por su entrega a la misma.

 Creo que estoy en disposición de reflexionar sobre este premio que lleva el nombre de nuestra tierra, y lo creo por ser quien ha cubierto el acto en algunas ocasiones y, no seré modesto, por ser uno de los premiados, lo que me ha permitido ser espectador y participante en una gala, que, hoy por hoy, creo que constituye el acto social más relevante de nuestra Comarca de Alhama.

 La filosofía de estos premios es sencilla y muy fácil de explicar: Reconocer, agradecer y dar a conocer a quienes de una manera u otra han destacado por su entrega, amor y trabajo por nuestro pueblo y comarca, incluso no siendo de aquí, porque este pueblo sabe ser agradecido con la buena gente, con la mucha buena gente que hay en este mundo. Y, como la buena gente es sencilla y poco dada a hablar de sí misma, es necesario que sea el Patronato de Estudios Alhameños el que venga a hacernos saber a los alhameños que, entre nosotros, se encuentran gente como José Quijada Gil, Pilar Espejo, Carmen Romero, nuestra compañera Mariló, Teresa García Pinos, abuela de nuestro compañero Pablo Ruiz... Lo mismo que a esa larga lista de galardonados, creo que son 181, entre premiados, diplomas y distinciones del Patronato.

 Y Alhama sabe agradecer a quien por ella trabaja de una forma u otra. No se pregunta a la hora de premiar ¿y tú de quién eres?, ni el nivel económico ni el cultural, sino, sencillamente, la entrega a Alhama, el trabajo por Alhama, el amor a Alhama y a la Comarca. No resulta raro que los premiados, al saber que lo son, reaccionen con sorpresa: ¿Yo?, ¡pero si yo no he hecho nada para merecerlo! Lo cual es cabal indicio de haberlo merecido totalmente. Deberían haber visto la cara de Mariló V. Oyonarte el día en el que Andrés García Maldonado le comunicó que era Premio Alhama...

 Es agradecida Alhama con sus hijos y lo es desde la persona de más edad, hasta ese niño sentado en los hombros para no perder ni un detalle de ese acto que seguramente no entienda, pero del cual tal vez en años venideros sea protagonista. Generaciones que a lo largo de estos años han contribuido con su presencia a acompañar y a arropar a los premiados, y, doy fe de que se agradece ver entre los presentes a amigo y allegados, cuando tú eres el premiado.

 Decía líneas arriba que a nadie se pregunta ni por la filiación, el nivel cultural o económico y olvidaba, y ahora rectifico, tampoco por la afiliación política. Nada de ello es mérito o inconveniente para obtener el Premio Alhama. El trabajo, el esfuerzo, el amor al lugar donde uno ha nacido. La generosidad, la sencillez en el trato con los demás no conocen colores políticos, ni la falta de esas cualidades tampoco, mala gente hay en todos los sitios, pero afortunadamente también es verdad que la hay buena en todas partes y que, como comentó Andrés García Maldonado, es mucho más abundante la buena gente que la mala.

 Y a esa buena gente de todos los partidos, de todas las profesiones, de todo origen social, nivel económico o situación es a la que estos premios quieren reconocer y agradecer aquello que por nuestro pueblo hayan realizado, y para eso están esas categorías y premios. Justo para que nadie se pueda quedar fuera de tener la posibilidad de acceder, a propuesta de sus vecinos, a uno de los galardones. Luego está en la trayectoria de cada uno el hacerse o no merecedor de un premio que reconoce el esfuerzo y el trabajo de cada día, la labor cotidiana de cada cual, la calidad humana con la cual se ejerce el trabajo, que puede hacerse bien, con ganas y con una sonrisa o, todo lo contrario.

 Y tal vez lo mejor de los premios Alhama es que al reconocer a nuestros vecinos, a nuestros amigos a nuestros compañeros de trabajo, a nuestros conocidos, en el fondo nos están reconociendo a todos y cada uno de nosotros. De todos los que de alguna manera hacen con su trabajo. o con su simple presencia de nuestro pueblo y nuestra Comarca de Alhama, un lugar del que sentirse orgulloso de pertenecer.

Foto: Pablo Ruiz.