Una despedida de temporada pasada por agua

Senderismo


La ruta número dieciséis del club de senderistas de Alhama dio fin a la temporada 2009/2010, el descanso veraniego merecido está por delante.



Nos quedamos con la miel en los labios al no poder subir al Lucero como estaba previsto para culminar esta  excelente temporada en la que nuestro club senderista poco a poco ha ido ganando en cantidad de socios, en calidad  y seguridad a la hora de salir a caminar, formando parte desde principio de  año de la Federación Andaluza de Montaña. De lo cual nos sentimos muy orgullosos.

Decidimos el pasado domingo día 13 de junio, hacer la ruta que teníamos preparada para la despedida oficial de esta temporada 2009-2010, diseñada para un recorrido vistoso, sencillo y veraniego.

Recorriendo los preciosos pinares carrascos cercanos al río Añales, visitando la misteriosa cueva de Linarejo y atravesar varios arroyos cercanos al pueblo de Játar, atravesar también el río Añales, y al final el río Játar  ya cerca de la fábrica. Todo pensado para un caluroso día veraniego que, a medida que avanzábamos en la mañana, se transformó en un día otoñal con algo de frío y lluvia, bastante lluvia.

El punto de partida de esta ruta, fue el conocido molino de la fábrica a escasos dos kilómetros de Játar a orillas de su río.

Veintisiete senderistas despedimos esta temporada, disfrutando de  esta sencilla ruta que partió desde este punto, alcanzando al poco de su salida la antiquísima vereda que atraviesa el arroyo del barranco de la Umbría, esta vereda sube hacia Játar entre vegetación de rivera y bancales  recién sembrados de habichuelas, maíz y tomates, entrando en el pueblo por un recóndito callejón que da acceso a la plaza, donde la iglesia y su famosa fuente de los cinco caños nos recibieron  a una trepana hora de la mañana.

Atravesamos el pueblo hasta hacer una pequeña parada al pié del cartel informativo de las rutas que salen desde la plaza justo al lado del famoso bar de los Ángeles.


Nuestro sendero pasó seguidamente al asfalto por la colada de Cómpeta, carril que da acceso al Parque Natural desde esta zona, un grupo de agricultores se afanaban  a esa  hora  de la mañana en la recogida del calabacino, inmersos en un mar verde cercano al camino, un pequeño rebaño de ovejas también nos acompañó ha nuestro paso, nos dirigíamos por aquí al polígono agroganadero, lugar donde el asfalto se transforma en camino, el de la izquierda, en bajada, nos llevó hasta las inmediaciones de la majada de la casa del Linarejo, muy cercana a la cueva, uno de los objetivos a visitar  en esta ruta.

Un pequeño grupo se aventuro trepando por el difícil acceso a su oquedad donde pudimos ver su famoso sifón, por donde sale el agua a presión cuando la sierra llena sus entrañas de agua, en épocas de lluvias abundantes, como este año donde apareció formando gran estruendo que se puede oír desde el mismo pueblo, llegando a convertirse en un efímero espectáculo de la naturaleza cuando se produce. Pudimos comprobar que esta cueva está catalogada como “surgencia de Linarejos” en una pequeña placa metálica adosada a la piedra de la boca del sifón.

A partir de aquí la vereda baja hasta el arroyo del barranco de Linarejos, con abundante agua. Tras cruzar este pequeño cauce se pasa ya a territorio serrano, enfilando hacia el cauce del río Añales.

El comienzo fue algo dificultoso, en pequeña subida y con  bastante piedra suelta, una vez alcanzada la cima  comenzó  un precioso sendero que va bajando lentamente hasta el río, entre pinos carrascos de buen porte, sabinales y abundantes colonias de mejorana, salvia, tomillo, aulagas, esparto y un sinfín de plantas aromáticas que nos fueron acompañando hasta la misma orilla del río.

Frente a nosotros, y en el sentido de la marcha, las tremendas laderas de los barrancos cercanos y la herida blanca de la pista forestal que lleva hasta la cantera de mármol y el puerto de Cómpeta.

Hacia esta nos dirigíamos, pero antes bajamos hasta el río que bajaba limpio y con un caudal moderado de aguas verdosas entre orillas repletas de blancos cantos rodados, que nos fue fácil cruzar. El grupo enfiló hasta la desembocadura del cercano Barranco del Hierro, siguiendo una escondidísima senda entre junqueras y helechos. Los materiales de las escorrentías de las últimas lluvias se agolpan al comienzo de este barranco aquí entre piedras de un blanco intenso y arenas arrastradas, nos dispusimos a descansar y tomarnos un pequeño refrigerio.

Tras el descanso afrontamos la subida hasta la pista forestal por este barranco, no había vereda limpia, tuvimos que subir caminando entre barranquerillas, cantos rodados, arenas y troncos secos arrastrados por las lluvias. La pista forestal la alcanzamos a la media hora, tomando dirección norte, por esta pista  para volver a bajar de nuevo al Añales, justo a la altura del cortijo de Castro, por el camino de la cuesta de Canene. Justo al comienzo de la misma comenzó una ligera llovizna que se transformó en pocos minutos en lluvia intensa que ya no nos abandonó hasta el final de la ruta.


El grupo transformó entonces su aspecto veraniego por otro mas otoñal enfundándonos  los chubasqueros  y sacando algunos graciosos  paraguas de alguna que otra  mochila.

A pesar de este contratiempo, cruzamos el río Añales que bajaba tranquilo y poco profundo, poniendo a prueba el equilibrio de algunos senderistas sobre un improvisado puente de troncos, la calidad de las botas de otros y el ingenio de una senderista que sorprendentemente sacó dos bolsas de su mochila con las que cruzo el río, es que señores, el talento no tiene limites.

La cuesta del camino del Aguadero del Hornillo, entre invernaderos, vegetación de rivera y almendros, nos llevó hasta el camino asfaltado de la Colada de Cómpeta, donde tomamos dirección hacia Arenas del Rey, para ,a unos 600 metros desviarnos hacia la izquierda para tomar la dirección del molino de la fábrica, pero antes de llegar al final de la ruta nos quedaba posar para la posteridad en una pequeña era al lado del camino donde, con el pueblo de Játar de fondo, nos hicimos la  foto de grupo calados hasta los huesos. Una inusitada imagen que seguro recordaremos con cariño.

Pero aún nos quedaba el último escollo, el paso del río Játar a escasos metros de la fábrica que solventamos sin dificultad a pesar de que el caudal era algo más fuerte, pero ya a aquellas alturas de la ruta “de perdidos al río” y algún senderista cruzó las aguas sin más. El resto lo hizo por un precario puentecito hecho con dos troncos de álamo. Llegando así a nuestro destino, tras cuatro horas de recorrido.

La ruta número 16 dio fin a la temporada 2009/2010, el descanso veraniego merecido está por delante.

La junta directiva desea a todos los socios del club senderista que lo disfruten, con otras vivencias y otras actividades, hasta el próximo mes de octubre.

Os mantendremos informados.


Nota del club Senderista:

Nuestra proxima salida: Domingo 20 de junio.

Ruta: Comida de fin de temporada para los socios(as), sus familiares y amigos del club que nos quieran acompañar
Distancia a recorrer: Andando ninguna, en coche desde Alhama hasta el molino de la fábrica en las cercanas de Játar. Unos 10 kilómetros.
Dificultad: esta ruta incompresiblemente, no la tiene, es muy cómoda.
Duración estimada con traslados al molino de la fábrica (Játar) y descansos en ruta: Sobre 25 minutos, después de comer y de reposar el arroz, podéis alargar la ruta lo que cada uno crea conveniente.

Hora de salida: 12 horas 15 minutos.
Lugar: Ayuntamiento de Alhama.

Recomendaciones para esta ruta:

• Los traslados hasta  la fábrica (Játar) se harán en coches particulares.
• Se ruega puntualidad a la hora de la  salida. Hay que estar listos para los entremeses  a la una de la tarde.
• Llevar ropa y calzado adecuados para comer, o sea  lo mas cómodo que pilléis, (no recomendamos, debido a la gran cantidad de viandas preparadas, ropa ajustada. Ha de ser lo mas liviana posible, aunque damos libertad para ir vestido como os apetezca.
• No llevar ni comida ni agua, ya nos la llevan, nos la sirve y nos la cocina nuestro cocinero y amigo Manolo Garcia; “El Tanero”.
• Llevar ganas de pasarlo bien, de ‘cascar’ con el compañero, de recordar experiencias y anécdotas, de proponer ideas, de colaborar, de reírse, de contar chistes, de mojarse en el río cercano, de…
• Llevar  gorra o sombrero, tu eliges, o las dos cosas.
• No llevar mochila, a no ser que la eches de menos y la necesites, por lo bien que se ha portado toda la temporada.
• No se dan más recomendaciones por órdenes de arriba para esta ruta.
• ¡Todos a comer, y a disfrutar!.
















Foto fin de temporada 2009/2010

¡Hasta la próxima!



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