El Lazarillo de Tormes se trasladó a las orillas del Marchán

Noticias culturales


Una obra clásica de la picaresca española, muy bien representada, en la que los autores supieron implicar al público asistente.

 
28/07/2007.- La obra de "El lazarillo de Tormes" que se pudo ver en el patio del Carmen, el pasado viernes día 27 de julio de 2007, actualmente los estudiosos del tema la relacionan con Alfonso de Valdés, consideraremos, por ahora, esta divertida y deliciosa obra picaresca como una novela anónima. Posiblemente su autor prefirió mantenerse en el anonimato para no tener problemas con la Inquisición por sus críticas al clero.

Se publicó por primera vez en 1554, en tres ediciones: Burgos, Amberes y Alcalá de Henares. No se sabe exactamente cuándo fue escrita. En general se cree que debió ser hacia 1530, por la mención que se hace en el libro de las Cortes convocadas por Carlos V en Toledo.

Fue prohibida en 1559 pero, ante la popularidad que alcanzó, el rey Felipe II mandó publicarla de nuevo en 1573, aunque expurgados los tratados IV y V, y bajo el título de Lazarillo castigado. Salieron varias impresiones de esta obra incompleta hasta que en el siglo XIX se publicó la original que consta de un Prólogo y siete tratados.

Vídeo de un momento de la representación (2 m.)

El Lazarillo de Tormes es una novela del tipo picaresca aparecida por allá de 1554 en una España sumergida en literatura de caballeros y espadachines románticos, a la obra nunca se le conoció su autor quien posiblemente prefirió permanecer en el anonimato por el tipo de crítica que hacía al clero, y en efecto, esta obra fue prohibida por el estado español y catalogada por la inquisición dentro del Índice del Purgatorio. No fue hasta 1573 cuando se autorizó su publicación con la omisión de los capítulos cuatro y cinco así como algunos párrafos de otros que la santa inquisición decidió censurar. Una versión incompleta fue impresa una y otra vez hasta el siglo XIX cuando España por fin permitió a sus habitantes conocer la obra completa. Sobre su autoría se se dicen algunos nombres como el monje Juan de Ortega, el escritor dramático Sebastián de Orozco y el humanista Diego Hurtado de Mendoza, aunque seguramente nunca lo sabremos con exactitud y lo mejor sería dejarla como anónima.


Los actores supieron implicar al público asistente