Desmantelan en Pilas de Algaida una fábrica ilegal de tabaco de contrabando

Pilas de Algaida


La Guardia Civil ha detenido a diez personas en la provincia y ha practicado seis registros.




06-diciembre-2017.- Pilas de Algaida, también conocido como Las Pilas, es un pequeño -y perdido- anejo de Ventas de Zafarraya, un lugar especialmente tranquilo muy próximo a Málaga, donde ha estado funcionando día y noche hasta este martes una auténtica factoría ilegal de tabaco de contrabando. Las instalaciones, que han sido desmanteladas gracias a una importante actuación policial de ámbito internacional, estaban gestionadas por una organización criminal y contaban con maquinaria y capacidad para producir diariamente más de dos millones de cigarrillos.

 Los presuntos contrabandistas tenían incluso marca (j5) y cajetillas propias, y pese a que por su producción clandestina eludían cualquier control legal establecido -además del pago de los correspondientes impuestos-, incluían la advertencia obligatoria de lo perjudicial que es fumar. «Smoking Kills» era el mensaje que figuraba en los paquetes.

 En Granada se han practicado un total de seis registros y diez detenciones. La intervención ha estado protagonizada por la Guardia Civil, en el marco de una operación internacional denominada 'Dolium', que ha sido coordinada por Europol, a través de su oficina móvil. Además de los practicados en Granada, ha habido otros dos registros en Málaga, donde se ha arrestado a otras ocho personas. En total, por tanto, han sido detenidas 18 personas, según la información facilitada ayer por la Guardia Civil. Entre los detenidos se encuentra uno de los máximos responsables de la organización, «que en el momento de la detención estaba coordinando operaciones inminentes de distribución del tabaco producido ilegalmente», indica la nota oficial.



 El Instituto Armado calcula que en la fábrica desmantelada en Pilas de Algaida se habían invertido unos tres millones de euros para su puesta en funcionamiento. En su interior, los agentes intervinieron 10 toneladas de hoja de tabaco, 4 toneladas de picadura de tabaco y 4,5 millones de cigarrillos. Los niveles de producción de estas instalaciones eran, de hecho, muy similares a los de cualquier fábrica legal.

 La factoría de Granada asumía, por lo visto, todo el proceso de elaboración del tabaco: «desde la recepción de la hoja, picadura, confección de los cigarrillos, creación de las cajetillas completas, composición de los palés y posteriormente su distribución».

 La supuesta banda había creado su propio marchamo y pretendía ir ganando una mayor presencia en el mercado a través de «una distribución al por menor fuera del cauce legal».



Ucranianos y búlgaros

Los empleados eran principalmente búlgaros y ucranianos y no vivían en la provincia; estaban alojados «en distintos pisos francos que tenía la organización en la provincia de Málaga». Estos operarios, que tenían un elevado conocimiento en la producción del tabaco, protagonizaban jornadas de trabajo «que superaban las doce horas» en unas instalaciones además insalubres. Las medidas de seguridad laborales al parecer brillaban por su ausencia.

 La red tenía una segunda nave en las inmediaciones de la capital para, supuestamente, jugar al despiste. Según el Instituto Armado, «tanto los elementos de producción, como la maquinaria, hoja de tabaco, filtros o cartonaje, nunca eran transportados directamente a la fábrica». A ese otro recinto se dirigían todos los componentes. La idea era que permanecieran allí «varios días», a modo de cuarentena. El objetivo: «preservar el centro de producción de la posible acción policial». Todos los componentes necesarios para hacer el 'j5' eran de otros países y la operación, que lleva el sello del Grupo de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, continúa abierta.

 La lucha contra el contrabando es una prioridad tanto para la Guardia Civil como para la Unión Europea (UE), que considera esta actividad «una de las principales amenazas criminales». Es más, Europol cuenta con un fichero especializado contra estas prácticas ilícitas.

Un juzgado de Loja

 Ha sido un juzgado de Loja (Instrucción 2) el que ha instruido las diligencias que han permitido este duro golpe a la estructura que la organización mantenía en España. La causa se sigue por delitos de contrabando de tabaco, pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y contra el derecho de los trabajadores.

 La UCO ha contado con la colaboración de State Border Guad Service de Ucrania, EUBAM, Policía del Ministerio de Interior de Bulgaria, Policía de Fronteras de Rumanía y Policía de Grecia. Aunque las fuentes consultadas no precisaron por qué se ha bautizado así, el término 'Dolium' es el plural de la palabra latina 'dolia', que se refiere a una especie de vasija de almacenaje.



La nave que nunca levantó las sospechas de los lugareños



Los vecinos de las Pilas de Algaida no intuían lo que pasaba dentro de las instalaciones, propiedad de una familia de Zafarraya

 Los vecinos de Pilas de Algaida, un pequeño diseminado rural de Ventas de Zafarraya con apenas 70 habitantes, no salían de su asombro el pasado martes, cuando una veintena de vehículos policiales y decenas de agentes de la Guardia Civil comenzaron a llegar a Los Pergares, una zona de cultivos situada en esta pequeña localidad del Poniente Granadino, justo en el límite con la Axarquía malagueña. Allí, el desmantelamiento de la fábrica ilegal de tabaco ha pillado por sorpresa a todos y la mayoría empezaron a conocer los detalles de la operación a través de la noticia difundida ayer por los medios de comunicación. «No teníamos ni idea; nunca hemos notado nada raro ni imaginábamos el porqué de tanto dispositivo de la Guardia Civil», cuenta una de las vecinas que vive cerca de la nave precintada, próxima también a Málaga, la otra provincia donde se ha desarrollado la operación. También sorprendido se vio un pastor, que justo llevaba a pastar a sus ovejas cuando comenzó un despliegue de efectivos nunca visto en una aldea tan tranquila y poco poblada como esta. «Fue una sorpresa, la verdad; creo que ninguno imaginábamos que algo así estaba pasando ahí», relata otro agricultor que trabaja en las inmediaciones de Los Pergares.

 Todos los vecinos consultados por IDEAL que residen o trabajan a pocos metros de la fábrica coinciden en que «nunca» han visto movimiento en torno a la nave -accesible desde la carretera, pero férreamente protegida por altos muros y vallas-. «Dicen que producían una barbaridad de cigarrillos, pero nunca se ha oído nada ni se han visto camiones o furgonetas», explican muchos, convencidos de que quizá sería en las horas nocturnas cuando las instalaciones ilegales tendrían más ajetreo. También sorprendido por la noticia se veía ayer el alcalde de la localidad, Victoriano Crespo, que aseguraba a este periódico desconocer por completo el quién y el cómo de esta fábrica ilegal. «No tengo ni idea de si hay detenidos del pueblo; me enteré por el dispositivo de la Guardia Civil y por lo que está saliendo en las noticias», indicó el primer edil.

 Los vecinos de esta gran nave industrial sí que apuntan al «ritmo de vida» y el alto poder adquisitivo que demostraban tener los propietarios de las instalaciones, residentes en Zafarraya, el pueblo contiguo. «No tenían mucha relación con los que vivimos por aquí, pero tampoco dieron problemas nunca», comentan otros lugareños, que reparan en cómo las instalaciones desmanteladas han ido creciendo en los últimos años. «No te sé decir cuánto tiempo se lleva notando eso, pero varios años seguro», apunta otra mujer. Según los vecinos, los dueños de las instalaciones precintadas también poseían tierras de cultivo dedicadas a la judía verde. «El 'verdeo' necesita mucho personal y mucha inversión y sí que parecía raro que les resultara rentable tener tantos trabajadores en el campo», comenta otro horticultor, que habla de cerca de 80 temporeros en los campos de los dueños de esta nave clandestina.



Un cartel

 En el recinto, donde sólo se puede advertir un cartel informativo de la Guardia Civil, todavía se veían a día de ayer vehículos estacionados. La nave ha estado siempre cerrada a cal y canto, coinciden los vecinos de la zona. «Aunque sí que es cierto que, teniendo en cuenta el dinero que parecían manejar los dueños, algunos llegamos a pensar en asuntos de droga. Aquí todos vivimos del campo y, si la campaña va mal, la economía es mala para todos», detalla otro venteño sobre un asunto que ha sido en las últimas horas el protagonista absoluto de las conversaciones en los escasos bares y calles de esta pequeña localidad. Allí nadie sospechaba nada.