Manual Juan García saluda con su 'Día a día' a los habitantes de la Comarca de Alhama



El polifacético alhameño cuenta en esta entrevista su infancia en el cortijo Salcedo, su etapa como aparejador en Mérida, su rapidez a la hora de cortar jamones, el fallido proyecto de los Molinos, su pasión por los Seat 600 y muchas cosas más.

 Manuel Juan García Ruiz acude a la cita en La Cabaña del Río en Seat 600 matrícula GR-7777-A y acompañado de tu perrilla Jara de siete años. Tras los saludos de rigor y pedido de la consumición comenzamos nuestra charla que nos descubre los hitos de la vida de este Casasola y 'Tanero', marcados por los recuerdos de la infancia, trayectoria laboral, impulsor de proyectos y superador de experiencias vitales como sobrevivir a un infante. Con su verbo prodigioso nos lleva a la Sierra de Loja, a Granada, a Mérida, a Cádiz, ... También nos explica su última aventura digital que comparte altruistamente, a través de ALHAMA COMUNICACIÓN con el inicio de la primavera, desde el 20 de marzo.

 Manuel Juan es un alhameño de pro, que diría Andrés García Maldonado, jubilado con 71 años, envidiable dinamismo, al que le encanta cuidar de su pequeño huerto que tiene en su actual domicilio de Cenes de la Vega, donde además tiene su propio gallinero. Precisamente explica con humor que compartió banca en el colegio del Ave María, por aquello del orden alfabético, «aunque mis notas eran mejores». También nos comienza a dar detalles de su infancia. «Me crié en un fondo de la serranía, en la Sierra de Loja, en el cortijo Salcedo, y eso no se pierde. Hay que tener en cuenta que, hasta los 8 años, no salí del campo. Fui un niño rural y cuando llegué a Alhama para hacer la primera comunión en 1954 corría de los coches pues creía que me iban a pillar, también hay que decir que no había muchos. Ese fondo de serranía siempre me ha atraído y por donde he estado siempre he procurado tener un poco de huerto, tener unas gallinillas para que los huevos que se comen en mi casa y los pollos que sacrifico con año y medio o dos sean de mis gallinas».

 A continuación, nos cuenta otra anécdota relacionada con el campo. Corría el año 1977 y se encontraba por entonces en Jerez de los Caballeros, «pueblo de Badajoz precioso, donde estuvimos construyendo 200 viviendas. Hubo una huelga de la construcción y los albañiles le comunicaron que se iban a ir a esquilar. Les pregunté si tenían unas tijeras de sobra y estuve esquilando con ellos. Se quedaron sorprendidos porque sabía esquilar y también arar, ¡coño que soy de campo, lo extraño es que no supiera!». Otra de las habilidades que le han mucha popularidad y que todavía practica es la de cortador de jamones, llegando a ser calificado como «el cortador de jamones más rápido de España». A este respecto explica que tiene superado el Libro Guinness de los Records en el doble, como puede acreditar con un documento oficial del Ayuntamiento de los Ogíjares, donde en una fiesta cortó ocho jamones en cuatro horas. «Utilizando el término purista hice una exhibición del arte cisoria que consiste en cortar en finas lonchas ocho jamones en cuatro horas, delante de un jurado constituido por dos policías, y un juez que pesaba los jamones antes y después de cortarlos. En el peso, comparado con el Guinness récord de ese tiempo estaba en 18 kilogramos netos en las cuatro horas. Yo lo superé pues fueron 32 kilos los que corté, es verdad que yo no los emplataba que solo iba cortando. También ha creado mucha fama porque yo no cobro lo hago por hobby y disfruto lo que hace que no me falte trabajo», aclara. Una de las últimas veces en que se le han requerido sus servicios fue el Viernes Santo cuanto estuvo en un Restaurante El Mirador de la Reina, cercano a la Torre de la Gallina, donde cortó dos jamones de pata negra.



 Respecto a su labor profesional como aparejador señala que ha estado en una gran empresa, ahora denominada Acciona, a la que le adjudicaron la obra del Museo Nacional del Arte Romano de Mérida. Le pidió al director que le dejaran hacer esa obra pues para él era un sueño, una suerte. «Fui allí, conocía a Moneo e hice una obra realmente extraordinaria que fue inaugurada por los Reyes en septiembre de1 1986. Representa la arquitectura española en los últimos 30 años y le supuso a Moneo la concesión del premio Pritzker que le entregaron en Los Ángeles donde él le acompañó y del que afirma haber aprendido mucho. Después también hizo en Mérida la Asamblea de Extremadura que es convento del siglo XVII, verdadera joya arquitectónica y varias cosas más como dos puentes, uno sobre el río Burgalillo en Cáceres, viviendas en Almendralejo, en Don Benito. He tenido una vida azarosa, densa de obras importantes. Por ese tiempo, 1986, es cuando se quema el auditorio Manuel de Falla mientras estaba haciendo el faro de Puerto Sherry en el Puerto de Santa María y volví a pedirle a su director el regreso a Granada.

 Como es lógico aprovechamos para hablar proyecto de los Molinos que califica de «ilusionante y precioso». Siendo alcalde Paco Escobedo, conocido por 'El Churrero', apodo del que presumía, el arquitecto Carlos Quintanilla y yo hicimos nuestras mediciones para recuperar los Molinos y convertirlos en un restaurante, una residencia de ancianos, un parque juvenil, un pequeño auditorio aprovechando los dos tajos que se chocan y crean una pirámide vacía. Estaba todo muy bien pensado pero las malas circunstancias que trajeron la crisis hicieron que el proyecto quedara aparcado». Otro proyecto ilusionante fue convertir en alojamiento rural la casa familiar de la calle Alta, número 17, propiedad de sus abuelos «Ana Ruiz López, una persona inteligentísima y Juan Ruiz Vega, un hombre serio pero honesto y trabajador y casa donde le parió su madre, María Manuela Ruiz Ruiz, el 7 de febrero de 1946» de la que con poquitos días se fueron al campo y de la que no volvió hasta los 8 años. «Hicimos una rehabilitación para construir 14 habitaciones, pero no sin gran dolor vuelvo a decir que la crisis se llevó este otro proyecto».

 La casualidad quiso que hace unos meses volviésemos a encontrarnos. Iba con sus amigos del Club Seat 600 Tesoro Nacional para participar en un encuentro con sus 'hermanos' de Almería para realizar un homenaje al presidente de honor de este colectivo, Manuel 'Regalo', uno de los muchos que le brindó en vida pues falleció a las pocas semanas. Respecto a su pasión por los 'Seíllas' nos explica que el 600 comenzó a fabricarse en 1957 y que ha sido «el cochecillcochecillo que, digamos, lleva en sí el alma española de la libertad pues permitía moverse de un sitio y otro. Al acabar la carrera en el 72 ya tuve un 600, luego compré este otro, pues me enamoré de la matrícula lo que me llevó a integrarme en el Club Amigos del Seat 600 con el que participo en concentraciones nacionales, subidas a Sierra Nevada, ... Siempre con un fondo cultural pues suele haber otras muy bonitas, pero lo falta el fondillo de la cultura. Quiero promover una en Alhama pues hablé de las bellezas de Alhama y enseñé un vídeo. En las concentraciones suelo escribir una décima espinela al pueblo que corresponda. Y en eso estamos ahora, les hablaré del vino de Aranzada y de la Tana, que para eso soy Casasola y Tanero».



 En cuanto a su 'Día a día', como se ha bautizado su colaboración en ALHAMA COMUNICACIÓN señala que «son vivencias, recuerdos, reflexiones...». Como ejemplo pon los textos en los que habla del origen del arado, del gañán, de los oficios que se pierden, del sillero de Alhama, la fragua, de la elaboración del queso y los requesones, del vino de Alhama, de los sabores que se están perdiendo, y un largo etcétera. Al hacer referencia a los caldos alhameños indica que «están pidiendo paso en el mundo. Son placeres que están a nuestro alcance y estamos consiguiendo hacer de los mejores vinos. De hecho, las catas a ciegas lo demuestran, con la ventaja de que no eran conocidos y ahora cuando lo encuentran exclaman “joder esto donde estaba. Claro está yo arrimo el ascua a mi sardina y les digo que mi abuelo en la Tana hacía los mejores vinos».

 Volviendo a sus curiosidades, reflexiones diarias, efemérides y santoral, comenta que empezó a hacerlas una o dos veces por semana, hace cuatro años. «Cuando no salía la gente me preguntaba que si me pasaba algo, yo les decía que les quería dejar descansar Les llega como a unas 700 personas diariamente. Digamos que ya estoy obligado, cariñosamente, para mi es una satisfacción contarles algo», indica este polifacético alhameño como se puede ver en estas colaboraciones diarias donde también ha explicado su faceta de actor de zarzuela donde ha interpretado su papel en 'Alma de Dios' que le gustaría presentar en Alhama. «Con respecto a la onomástica me han ocurrido varias cosas, una que la gente cree que solamente está la suya, pero hay muchos Pedros, Manueles, Franciscos o Antonios, y otra que cuando no he nombrado alguna me llaman para decírme que no lo he incluido. Yo acudo a mi libro de los nombres, a los Evangelios, al almanaque, y hago una composición a partir de una referencia de lo que significa un nombre, algo de historia, curiosidades, vivencias,.. Ello me supone dedicar diariamente por lo menos una hora diaria. Desde que se publica en Alhama Comunicación, yo me siento agradecido, pues está llegando a más personas».

 Antes de finalizar nos cuenta una experiencia que ha vivido recientemente y que nos indica el talante que tiene. «Estoy vivo de milagro, he superado un infarto haciendo 'La Dolorosa' en el Teatro Isabel la Católica. El 13 de octubre de 2013 me dio un infarto en la primera sesión, me llevaron al hospital y al día siguiente le dije la médica que tenía que actuar. Tras convencerla hice mis dos actuaciones y volví al hospital. El equipo médico me dijo que lo mío no tenía operación. Mi cara se entristeció y Jesús Sánchez, un médico del corazón, me dijo que pediría otra opinión para lo que enviaron el vídeo que habían hecho a Málaga y allí Gema Sánchez Espín se atreve. Me opera a vida o muerte, y vivo estoy. A ella le escribo todos los años una décima espinela, le llevo una caja de bombones y un ramo de flores:
 
Volver de nuevo a la vida
Reparado el corazón
es sentir la salvación
en una sola experiencia.
 
Achacar toda la ciencia
por injusta posición
porque la más noble acción
de talento y de nobleza
la da la naturaleza
sanando por vocación.