Su madre, Encarni Moreno, como madre coraje, ha dedicado todo este tiempo en encontrar respuestas a unas preguntas de las que sigue sin tener explicación, y no se resigna a que la muerte de su hijo, de 21 años, quede impune, y está dispuesta a llegar hasta donde haga falta, sobre todo porque ocurrió en una de las llamadas fiestas de la primavera y entiende que el tratamiento que se le dio no fue el adecuado.