Estoy ‘mu’ malo, llevarme a un bar


 La frase es ciertamente burlona y con guasa; pero no deja de tener cierta razón el que así habla.

 Como usuario frecuente del Sistema Sanitario Andaluz no puedo por menos de notar cierta desazón en los trabajadores sanitarios ante la carga de trabajo que les supone enfrentar los mismos retos, con cada vez menos personal y recursos. Si en una de mis primeras miradas comentaba que nuestro sistema sanitario era de los mejores de Europa, ahora por desgracia, toca hablar de recortes en gasto sanitario, de la pérdida de más de 23.000 puestos de trabajo en este sector y de la disminución en número de médicos por habitante. He dicho por desgracia, pero más que por desgracia es por la voluntad decidida de los políticos neo liberales y sus medidas, que aplican amparándose en la crisis, de acabar con todo lo que huela a servicio público de calidad para favorecer a la empresa privada.

 No tengo ninguna queja en contra de ningún trabajador de la sanidad, todo lo contrario: Creo que en Alhama disfrutamos de unos servicios sanitarios que ya quisieran para sí muchos pueblos castellanos bajo la férula de Cospedal, en esos pueblos a los que aludo, en los cuales no hay servicio de urgencias las 24 horas sí que es cierto que el que enferma repentinamente, en un bar tendrá, al menos, agua gratis, podrá tomarse una tila, para los nervios y contará con la solidaridad de camareros y parroquianos. Seguramente, habrá analgésicos, tiritas para heridas leves etc. Poca cosa es, es cierto, pero es mucho más que las puertas cerradas del Centro de Salud a partir de determinada hora. Y, lamentablemente en algunas zonas de Andalucía también se sufre de esta carencia.

 Creo que la salud no debe ser un negocio. Creo que la salud debe ser accesible para todos cuantos la necesiten. No estoy, por supuesto en contra de la medicina privada para el que pueda pagarla y, de hecho alguna prueba médica me he realizado en centros privados, por orden de mi especialista y sufragadas por la sanidad pública; pero estoy firmemente convencido de que un Estado, aquí no hablo sólo del gobierno, que un Estado que es incapaz de atender las necesidades básicas de sus ciudadanos en cuanto a formación y sanidad, es Estado que no cumple su función adecuadamente.

 Y para atender a los ciudadanos adecuadamente es necesario invertir en salud, todo lo contrario de lo que ahora se está haciendo y gestionar adecuadamente los recursos existentes. Y sobre todo, dotar a los profesionales de la salud de las herramientas precisas y necesarias para hacer su trabajo. Pero cada uno el suyo, cuando un profesional tiene que hacer su trabajo y el de otros, por falta de profesionales, a los que no se contrata por falta de presupuesto, simplemente, no arde el puro. Que hablando de salud, no es bueno hablar de hábitos tóxicos, pero es una frase que se entiende.