Basura



Por mucho que nos empeñemos en llamarla “residuos sólidos urbanos”, la basura, basura es; el eufemismo no atenúa su olor, especialmente en verano. (Imagen de la recogisa de basura en Alhama, años 70/80, foto colección Bruno Sigg)


 Recuerdo perfectamente los tiempos en los que la basura se depositaba en bolsas o cubos, cada uno a su gusto a la puerta de la casa, o en los cubos de los bloques de pisos y los basureros recorrían las calles con nocturnidad, pero sin alevosía,para ir haciendo la recolección de la cosecha de los desechos de cada noche, cogiendo bolsas y cubos calle arriba o abajo. En nuestros días la recogida se continua haciendo de noche pero los cubos individuales se han sustituido por contenedores,algunos de ellos rodeados de una cerca de madera para ocultarlos a la vista  y el camión es mas moderno que antaño, con lo cual algo se ha mejorado,especialmente para los trabajadores que ven facilitada su tarea.

 Disponemos también de contenedores para el reciclaje de papel, vidrio y plásticos, lo cual supone una evidente mejora medioambiental.

 En una novela de Juan Marsé. Si te dicen que caí, uno de los personajes comprueba el reciente bienestar de sus vecinos por la calidad del contenido de su cubo de basura, y ciertamente lo que desechamos dice mucho de nuestra forma de vivir, consumir y estar en el mundo,incluso, según la forma en que depositemos la basura. Los restos de la cena y el almuerzo, esos zapatos viejos que de tanto usarlos no dan más de si, las notas con la lista de la compra, ese cacharro que adquirimos en  un viaje y que lleva escrito “recuerdo de...”que se rompió accidentalmente, nuestro viejo bolígrafo bic cristal que se quedó sin tinta...tarde o temprano casi todo acaba en el vertedero.

 En cuanto a la forma de deshacernos de la basura, no es lo  mismo hacerlo a su hora, con la bolsa bien cerrada y dentro del contenedor que hacerlo como nos de la gana, ya digo que también en eso tan simple se puede conocer al caballero, no solo en la mesa y el juego, como afirma el dicho.

 Pero si es cierto que el civismo y la responsabilidad de los ciudadanos es imprescindible, no es menos cierto que tampoco vendría nada mal algunas actuaciones puntuales sobre los contenedores de basura, tal vez una limpieza o la sustitución de los que están rotos por unos nuevos contribuirían a incrementar la pulcritud de nuestras calles,aumentando con ello el atractivo que para el turismo tiene, y de paso la calidad de vida de los residentes habituales. Estamos en tiempos de crisis,pero seguramente unas botellas de zotal no valen tanto...

 Sea esta mirada mía homenaje a los basureros gente de oficio duro y desagradable,pero altamente necesario para el buen funcionamiento del acontecer diario, la salud pública y la higiene ciudadana.