Manos artesanas


Manos que doblegan la materia, que la humanizan, en el sentido de que la hacen apta para su uso.

 Manos que manejan el martillo, el cincel, la azada, la lezna, la palustra o que simplemente dan forma a lo informe y crean orden donde antes solo existía el caos primigenio de la materia en bruto.   Manos artesanas y obreras,manos menestrales que tienen la sabiduría del oficio aprendido con los largos años de práctica. Tambien manos de cirujano que sanan, manos de pianista que crean belleza o la trasmiten...

 Es cierto que nada puede haber sin un plan previo a la acción, pero no es menos cierto que todo plan precisa de manos que lo realizen, que den vida material a lo que antes fue sólo pensamiento.No es cierto que Cesar conquistara las Galias, las Galias las conquistaron las legiones de Roma, pagadas con el fruto del trabajo de los esclavos de Roma.

 Tambien en estos asuntos del trabajo manual ha venido la técnica a evitar al hombre los trabajos más arduos y duros, como desagradable contrapartida hace que aumente el número de manos desocupadas; pero, con todo, no hay maquina que pueda sustituir a un albañil competente a la hora de poner ladrillos, bloques o piedras; las manos de una enfermera nunca serán sustituidas por un ordenador, ni las de una madre o un padre cambiando un pañal.

 Totalmente versátiles, aptas para la caricia y el golpe, para la creación y la destrucción, para lo peor y lo mejor de esta complicada criatura que es el hombre, las manos  humanas son, a mi entender, uno de los instrumentos más perfectos y precisos con los que contamos para esa tarea cotidiana de ir adecuando el mundo a nuestras necesidades.El otro, es la palabra.

 No faltan en Alhama y comarca manos artesanas, canteros, lateros, esparteros y menestrales de todas clases que aplican todo su saber a hacer de este mundo nuestro un lugar un poco mas habitable y confortable, creando los útiles necesarios para la vida cotidiana, los habitáculos en los que resguardarnos de frios y calores y, literalmente, el pan que nos alimenta o las ropas con las que cubrir nuestras desnudeces. Porque Dios puede vestir a los lirios del campo,  alimentar a los pajarillos, pero a los hombres  los deja que se valgan por su cuenta para tales menesteres.

 Sea esta mirada mía de esta semana homenaje a toda esa gente que trabaja con las manos. Nada mas y nada menos.