¿Por qué votar?

 Corren malos tiempos para la democracia, este sistema político que creo recordar que en España tenemos desde hace algo menos de 34 años, si coincidimos en que las  elecciones de junio de 1977, supusieron el inicio de la democracia en España; y sin embargo a pesar de que en la vida de una persona, supondría aun la juventud, da la sensación de que nuestra democracia sea ya anciana y caduca.

 Comentarios del tipo, “todos los políticos son iguales”, “la corrupción lo domina todo”, “da igual a quien se vote” o, ficha nueva, “castiguemos con el voto a…” son repetidos machaconamente en prensa y tertulias y, como ya dijo Goebbels, una mentira repetida mil veces se convierte en una realidad.

 Pero no es cierto que todos los políticos sean iguales, ni que todas las políticas sean iguales, hay políticos sinvergüenzas, en todos los partidos, igual que en todos los partidos hay políticos honestos, trabajadores y que actúan por el bien común, cito a dos de estos últimos, que como ya están uno jubilado y otro casi, da igual que los nombre: Don Manuel Fraga Iribarne y Don Santiago Carrillo Solares, cada uno en su sitio y con sus obras, luces y sombras, me parecen ejemplo de políticos íntegros y que en su momento supieron renunciar a lo que debían renunciar para hacer posible esta convivencia de que ahora gozamos. Todos los políticos no son iguales.

 Otra cosa es el escaso entusiasmo que nuestros dirigentes provocan en nosotros, los dirigidos. Cierto es que son tipos absolutamente normales, que no sobresalen en nada, y cuyas biografías deben resultar aburridas, nada comparable a las de Alejandro Magno, Julio cesar,  Lucio Cornelio Sila, Cleopatra VII,  Isabel la Católica o Golda Meir. Pero aquí entre nosotros yo no dejaría que gente como Cesar o Sila me gobernaran, por mucho que sus biografías resulten mucho más atrayentes que las de Obama, pongo por caso que desde el punto de vista del cine, daría como mucho para una serie b de la Cannon protagonizada por Chuk Norris… No, yo para que me gobiernen prefiero gente absolutamente normal, aburrida, sin excesivas genialidades; pero capaces de enfrentarse al día a día y de resolver, o intentarlo, los problemas que pueda tener, que tienen, este país, autonomía y municipio nuestros.

 Pero sobre todo hay una razón para que les vote y es la de que para que yo pueda emitir mi voto, mucha gente, durante mucho tiempo arriesgo su vida, algunos la dieron, su libertad, algunos la dieron; durante mucho tiempo mis padres, abuelos y demás parientes no pudieron votar, yo lo hago ahora por ellos, por mí y por ellos.

 Sé que después de las elecciones pocas cosas cambiarán de un día para otro, y que cuando cambien el cambio será no por ni a pesar de mi voto  sino porque la vida es cambio, devenir, transformación.

 En algunas partes del mundo la gente arriesga todos los días su vida para tener derecho a emitir un voto cada cuatro años, muchos la han perdido ya. Por eso, yo, voto.