Madre Cultura


Desde que el hombre abandonó la caza como medio de vida para adoptar la agricultura es frecuente considerar a a la naturaleza como madre protectora y nutricia, Madre Naturaleza; sin embargo lo cierto es que somos mas bien hijos de la Madre Cultura, pues fue gracias a ella y a sus creaciones, armas, utensilios, herramientas, el  habla... que nos fue posible cambiar la naturaleza, que nos es francamente hostil y adaptarla a nuestras necesidades.

 Lo natural pocas veces es suficiente para las humanas necesidades; el barro y el polvo que había en la Avenida de Andalucía de nuestro pueblo, hasta mediados de los 90 del siglo XX, eran perfectamente naturales, sin embargo el asfalto de que ahora gozamos es mucho más cómodo y adecuado.

  Es por tanto la cultura, el ingenio y el trabajo del hombre lo que hace posible que vivamos en este planeta, de ahí que el trabajo sea una necesidad esencial, aparte de que se considere un derecho y un deber, cosa que hace nuestra Constitución, un castigo divino o como queramos llamarlo. Le demos el nombre que le demos es una necesidad ineludible cambiar y adaptar la naturaleza y extraer de ella los recursos necesarios.

  Otra cuestión es hasta donde tenemos derecho a cambiar la naturaleza, y especialmente a consumir los recursos que de ella extraemos. Aquí lo tengo perfectamente claro y claramente lo digo: Este viejo planeta nuestro es la casa común de todos los que en el moramos y  sus recursos pertenecen a todos; todos tienen por tanto el derecho de tener una nevera que funcione y que esté llena y si para eso los de la "zona vip" tenemos que apretarnos algo el cinturón de justicia es hacerlo.

  Decía Gandi que había que vivir sencillamente para que los demás pueda, sencillamente, vivir. Tal vez sea hora de replantearnos muchas cosas de nuestro modo de vivir , producir y consumir.